17. Prácticas

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Quedaban pocos días para celebrar Noche vieja, lo que significaba que el año pronto se acabaría.

Lucia debía comenzar a enseñarle a como usar su poder, le quedaba un mes y poco más para presentar a su Okwami al Olimpo.

Aun no le comentaba esa parte, desde que hablaron en el bosque de Noruega no habían vuelto a tocar el "tema mágico".
La Diosa había decidido que comenzaría por lo más fácil, control de la fuerza.

Mientras Aroa y Pedro veían televisión Aida, Lucia y Ana preparaban la comida.
La futura Alfa había leído varios libros para poder ponerse a la altura de Ana en cuanto a la Gastronomía. En palacio siempre le traían todo preparado, ni siquiera se bañaba sola o cambiaba de ropa por su cuenta ya que la servidumbre lo hacía.

- Mire Anita, pruebe esto por favor y dígame cómo quedó.- acercó el cucharon a la boca de la mujer y le dió a degustar una salsa de Brócolis.- Sea sincera.

- ¡Madre mía Lucia!.- La mujer abrió los ojos como platos y seguía saboreando la salsa en su paladar.

- Joder, sabía me quedo asqueroso.- Se cruzó de brazos.- Pobres plantitas las cociné para nada...

- No cariño, esta que flipas. Es como una explosión de sabores ¿Qué le echaste?.

- Mm... ajo, aceite de oliva, una pizca de sal y mis amados brócolis.- Le dedicó una sonrisa que dejaba ver gran parte de sus dientes.- ¿Enserio le gusto o era de coña?.

- Te lo juro por Zeus hija.- Le dijo Ana, ella también había estado leyendo pero sobre mitología griega sabía que Lucia le gustaba mucho.- Esta exquisito y prácticamente no usasteis nada tía.

- ¡Jo! Es la mejor Anita Dinamita.- Dejó el cucharon en la olla y abrazo cariñosamente a la madre de su Okwami.- La quiero mucho y gracias por enseñarme tanto.

Aida miraba todo desde el rincón de la cocina de su madre mientras picaba cebolla, no sabía si sus lágrimas eran por la verdura o por la escena tan hermosa que estaba presenciando.

"Si supieras mamá que la que te está agradeciendo y abrazando de esa manera es una puta reina del Olimpo... mi Diosa". Pensó y suspiro sin soltar el cuchillo.

- ¡Auch!.- Tanto Ana como Lucia se dieron vuelta dirigiendo sus miradas hacia Aida quien se encontraba sujetando su dedo.- Que gilipollas me e corta'o.

Lucia sintió un dolor en su dedo, el mismo que Aida se había cortado. — ¡Oh por Caos, te estas desangrando, no puede ser debemos ir al hospital!.— Estaba horrorizada al ver a su amada con un ligero corte y un par de gotitas de sangre.

- Tranquila Lucia, es solo una cortada. Traeré el botiquín.- Ana salió dejándolas solas.

¡Joder esto es grave Aiduski!.- Dijo preocupada pero Aida no la escuchaba estaba hipnotizada con la forma de comportarse de Lucia.- ¡¿Estas bien? No te mueras por favor Okwami!.

- Estoy bien Lu, solo es una cortada superficial.

Lucia comenzó a mirar para todos lados cerciorandose que nadie la viera.

"A la mierda con que se den cuenta, es mi Aidi la que se está desangrando". Pensó y posó su mano derecha sobre el dedo de la chica. En menos de un segundo la herida cerró sin ninguna cicatriz, solo restos de sangre.

- Ostras Lu, pero se dará cuenta mi madre.

- No me importa.- Dijo decidida.- No puedo perderte.

- Ya, aquí tengo lo necesario. - Entro diciendo Ana. Comenzó a limpiar la herida, pero no encontró nada.- Vaya hija hasta tu piel es exagerada, el corte es tan minúsculo que ni lo veo. Ni siquiera necesitas una curita. - Miro a Lucia quien se veía más tranquila.- Ves cariño, nuestra Aida esta bien no se morirá.

La amada del Gran Caos [AiLu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora