25. Diferencias de opinión

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- ¿Qué desea la futura reina del cosmos para desayunar?.- Le preguntó Lucia a su amada.

Aida se incorporó en la cama y con cara de querer seguir durmiendo, miró a su Diosa que se veía hermosa y deslumbrante recién levantada. — Mm... Leche de chocolate, tostadas con pollo, tomate y mayonesa... mm... Donnas bañadas en chocolate... ñamiii y ¿Brócolis?.

- Uff que rico, sale pedido. - Lucia salió de la habitación y se dirigió a la cocina para preparar la tostada, lo demás solo lo hizo aparecer.

Mientras, Aida entró al baño, se lavó la cara y los dientes para luego ir al living y recostarse en el sofá. Se puso a ver sus caricaturas favoritas.

De un momento a otro su atención se fue a su abdomen. Se levanto la blusa del pijama para observar y tocar la piel de su pancita.

- Una mini Lu eh.- Dijo casi en un susurro.- No es el momento.- Le habló a su abdomen.- Deseo ser madre pero ahora no, por favor no vengas a la vida aún...pequeñín.- Sonreía mientras acariciaba su piel.

- ¡LISTO AMOR!.- Grito Lucia desde el comedor generando un sobresalto en Aida.- ¡Breakfast ok!.

Se dirigió a la mesa la cual estaba llena de comida, al parecer no solo ella había despertado por segundo día consecutivo hambrienta, la Diosa igual.

- ¡¡Que wenoo!!.- Dijo alegre Lucia.- Provecho amor y... atacar.

- No seas marrana Lu.- Comentó al ver a la futura Alfa meterse varios alimentos a la boca, quedando con las mejillas infladas como globo.

- Lu sentu.- Dijo apenas.

Desayunaron en silencio.

- Ve al sofá Aiduski, yo dejaré todo limpio ¿Vale?.

- Bueno Lu. Oye, me gustaría ir a entrenar.

- No, no, no Aidi debes cuidarte y... bueno, tu sabes.- Se levantó y comenzó ha agrupar las cosas utilizadas.

- Pero Lu, falta poco para la presentación en el Olimpo y tú bien sabes que aun no manejo lo de aumentar mi estatura.

- Amor, pero... debemos esperar a ver si.... Si esa cosa está en tu vientre....

Aida la miró desafiante y cruzó los brazos. — ¡Lucia de la puerta yo iré a entrenar, si quieres ven conmigo o quédate aquí...me vale!.

- ¿Te vale si voy o no?.

- Si, yo no estoy enferma o algo así, solo estoy embara.....

- ¡NO LO ESTÁS!.- Grito Lucia, aquella posibilidad la atormentaba.- ¡ASÍ QUE NO DIGAS GILIPOLLECES!.

- ¡¿GILIPOLLECES? ¿Así que yo soy la gilipollas en esta historia?!.- Se levantó de la mesa y señaló a la Diosa que la miraba enojada.- Te recuerdo, futura Alfa, que tú eres la que no se protegió y casi me hace suya siendo aun una humana... dime ¿Quién es la gilipollas aquí?.

Lucia respiró profundo para calmarse. — Asumo mi error Aidi, pero no quiero que te pase nada ni que ese monstruo asqueroso te pueda llegar a hacer algo y....

- ¡NO LLAMES A NUESTRO HIJO MONSTRUO ASQUEROSO...!.

- ¡ESA COSA NO ES MI HIJO, SI ES QUE HAY UNO LO MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS ANTES DE QUE MATE AL AMOR DE MI VIDA ¿ME OYES?!.

Aida se acercó a la Diosa, quedando cara a cara.— Escúchame bien Lucia, si estoy embarazada daré a luz a este chavalillo o chavalilla, te guste o no. No solo porta tu sangre real, también la mía. Así que espero que sea la última ves que le digas así ¿Te queda claro?

La amada del Gran Caos [AiLu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora