43. Línea Eclíptica

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Las futuras reinas regresaron a la rutina en el mundo humano: En las mañanas iban a sus institutos y por las tardes Lucia se transportaba a Madrid para pasar el resto del día con Aida. Ahora que la familia "Redruejo" sabía de los poderes de ambas chicas, no se sorprendían cuando de un momento a otro aparecía una Diosa de ojos verdes en algún lugar de la casa o se quedaba a dormir.

Todos los fines de semana debían retornar al Olimpo, Aida era adoctrinada por Carmela y la futura Alfa solo entrenaba, estudiaba o caminaba por la ciudad junto a su padre, quien había comenzado a incorporar aquella actividad con su hija en su Lita a Lita.

Si se preguntaban por sus encuentros "íntimos", solo se daban cuando estaban en el mundo de los inmortales, ya aprendieron la lección que en Gea no podían demostrarse cuánto se amaban físicamente o la naturaleza pagaría las consecuencias. Esto era lo que más le molestaba ha Aida, quien cada ves que besaba a su novia deseaba más, sin importar el lugar ni la hora.

Así pasaron los días y llegó la última semana de clases.
Lucia debía tomar la decisión si continuar con los estudios humanos o dejarlos. Sin siquiera acabar aún el colegio, ya le habían llegado a su casa muchas solicitudes de Universidades Españolas ofreciendole, incluso, beca completa.
Era algo que no decidiría sola, obviamente.

- No me jodas ¿Es enserio? Esta Uni es muy buena, Lu, la mejor de Madrid.- Comentó Aida mientras estaba recostada sobre el regazo de su novia en su nuevo lugar secreto. Este, lo habían encontrado hace poco, era un bosque mágico o mejor dicho una pradera mágica, llena de girasoles y lilas ubicada en la cordillera de Italia.- ¡¿Qué?! Te están dando el 100% de la beca. Joder, madre mía que guay.

- Si y en Bilbao también.

- Pero... podrías estudiar en Madrid, así pasaremos más tiempo juntas, incluso podríamos arrendar un piso.

- ¿Y qué podría estudiar? En dos años más debemos asumir la corona Aiduski, no creo poder estar en dos lados.- Dijo mientras cortaba un girasol y olía su aroma.- Que bueno tú ¿A qué sabra?.

- ¿Qué?.- Aida levantó la cabeza para ver a qué se refería su novia.- ¡Que asco Lu... no te comas eso! Que cerda tía.

Lucia se chupo los dedos luego de llevarse aquella planta a la boca.- ¡Que wenoo! ¿No quieres probar una? son ricas Aidi, sobretodo estas pequeñas.- Corto otra y se la ofreció a la chica.

- ¡Wakala!... no como girasoles, son muy lindos para comérselos Lu.

- Tu también eres linda y eso no es impedimento para comerte todos los fines de semana Aida Redru o prefieres que te deje en un pedestal y solo te mir....

- ¡Nooo!.- La chica le arrebató el girasol de las manos a Lucia y se lo hecho a la boca.- Ñamii, que rico.- Dijo poniendo cara de asco.

- ¿Quieres más?.- Preguntó la futura Alfa con una sonrisa torcida.

- No, estoy satisfecha. Si como más me dolerá la tri...¡Oye! Y ¿si estudias Medicina? Yo siendo Enfermera y tu Doctora, sería guay.

- Mm... no lo se.

- Piénsalo, no sería mala idea. Además, salvarías vidas humanas y estoy segura que se te hará pan comido tía.

Se hecho otro girasol a la boca. — Uhm... si, podría ser ¿Eso te haría feliz?.

- Muy feliz amor.

Conversaron unos minutos más hasta que el sol comenzó a descender para ser reemplazado por la luna y las estrellas.

- ¿Quieres ver algo guay Aiduski?.- Preguntó de repente interrumpiendo los pensamientos de su novia.

- Bueno, contigo siempre.

La amada del Gran Caos [AiLu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora