La amada del Gran Caos [AiLu]

19. Te amo, pero...

- Te....te am...- Aida cerró los ojos.

- ¡No, no, no, no! Aida, mía, N.....- Lucia cayó desplomada al lado del cuerpo de su amada.

- ¡Williams, rápido!.- Habló Carmela.- Debes regresarla.

Sin esperar más, el rey posó su mano derecha en el abdomen de Aida, cerró los ojos y concentró gran parte de su energía en la chica. Poco a poco comenzó a cerrar su herida, su sangre estaba volviendo a su cuerpo. De repente se escuchó una respiración profunda de Aida, estaba viva pero el Alfa la mantenía dormida, debía recuperar sus energías solo era una humana... por el momento.

- Gracias a Zeus, esta bien.- Dijo Gabriela.

- La llevaré a sus aposentos.- Williams tomó en brazos a la amada de Eros.- Carmela tú lleva a Lucia para que los sacerdotes reales restablezcan su campo cuántico.

- Así será amado mío.- Sujeto a su hija en brazos y desapareció.

- Vayan también ustedes hijas, yo me demoraré un poco, regresaré aquí para reconstruir este lugar, se lo debo a su hermana y a su "mía".

Ante eso, todos desaparecieron.
Williams dejó a Aida en la cama y la cubrió.

"Discúlpame tu también, amada de Eros. Eres una gran humana, ahora veo por qué la esencia de Eros despertó en ti, eres única en tu especie. Que el Gran Caos te bendiga". Pensó mientras veía a la chica dormir, beso su frente y desapareció.

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El Dios rey se encontraba flotando a varios metros del suelo, necesitaba ver cuánto había destruido su sucesora. Comenzó a imponer las manos, cerró los ojos y todo a su alrededor empezó a volver a la belleza y magia de antes.
El Alfa, amado de Caos y poseedor de la fuente creadora le devolvió la vida a todos los animales que habían sido afectados. Lugo de unos minutos, el "Bosque mágico" se veía igual o mejor que antes.

- Gran Caos.- Hablo en las alturas.- Bendice este campo verde y has que prospere para toda la eternidad.

Luego de aquel gasto enorme de energía, el rey retornó al Olimpo. Los sacerdotes reales y su "Mía" lo esperaban en sus aposentos. Se tendió en la cama y comenzaron a recargar su campo cuántico.

- Nuestra hija ¿Está bien?.- Pregunto el Alfa mientras los sacerdotes terminaban su tarea.

- Si amado mío, esta descansando en sus aposentos.- Respondió la reina Carmela mientras acariciaba el cabello de Williams estando recostada a su lado.

- Cuando despierte hablaré con ella.

- No creó que puedas Williams.

- ¿Por qué?.- Preguntó extrañado el rey.

- Apenas despierte irá a ver a su "mía" al mundo humano.

- Tienes razón. Por mi culpa casi muere la amada de Eros.

- Pero lo arreglaste amado mío y estoy segura que si hablas abiertamente con Lucia ella te perdonará.

- Eso espero. Lo haré, sin secretos. Ella es capaz de tolerar todo, porta la fuerza del linaje de los grandes Dioses.

- Si. Ahora descansa amado mío.- Beso sus la labios y el rey cayó en los brazos de Morfeo.

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Aida abrió lentamente los ojos. Al principio se encontró desorientada pero luego recordó todo lo que había pasado, se levantó rápidamente la blusa del pijama y tocó su abdomen, no tenía nada ni siquiera cicatriz.

"Oh gracias a Dios... ¿Cómo... cómo llegué aquí?. Pensó.

Miró hacia la cama continua y su hermana seguía durmiendo, eran tan solo las 8 de la mañana.
De repente, vió a Lucia parada frente a su cama.