55. Consecuencias

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Aida apareció en su casa en Madrid. Como ya era de noche, toda su familia se encontraba cenando.

No habían notado su presencia en la sala de estar. Desde ahí la amada de Eros veía como Gabriela tenía tomada la mano de su hermana y la besaba cada cierto tiempo, los ojitos de ambas chicas brillaban. Sus padres, reían de uno u otro chiste que decía Aroa. Por lo menos su familia era feliz.

Sentía en Lucia dolor, miedo y rabia, rabia por el destino que se empecinaba en alejarlas. Ella también odiaba aquello, pero creía que la Diosa en ves de luchar contra la corriente, se aliaba con ella y nadaba cada ves más lejos.

Jamás la había abofeteado, ni cuando la futura Alfa portaba el anillo con las cenizas de Prometeo.
Había cometido un error y lo sabia, pero la rabia que sentía al saber que formaría parte de la guerra y que no había hecho nada para evitarlo era mayor, mucho mayor a todo lo demás.
Por culpa de su egoísmo y ego podría perderla y estaba ves sería para siempre. Y Aida sabía que su novia haría hasta lo imposible porque ella siguiera viva, ya lo había demostrado antes.

La amada de Eros desde que escuchó las palabras de de Lucia, decidió no presentarse más en el mundo de los inmortales, menos asumir una corona. Estaba cabreada. Si la futura Alfa había elegido ser egoísta, ella le pagaría con la misma moneda.

No lloraría, sentía mucha rabia e ira para derramar tan solo una lágrima. — Si te quieres morir, muérete entonces Lucia.

- ¿Qué has dicho?.- Preguntó Gabriela, luego de escuchar aquello de su cuñada.- ¿Por qué le deseais la muerte a mi hermana?.

- ¡Porque tú hermanita es una egoísta de mierda que solo piensa en ella, por eso!.- Dijo de manera desafiante desde la sala de estar.

- Aida, no se que te pasa pero... espero que lo que dijisteis no sea verdad.- Comentó Gabriela dandole la espalda para seguir comiendo.

La inmortal caminó hacia el comedor, se acercó a la Beta y se paró detrás de ella.- ¿O si no...qué?.

- ¿Qué te pasa idiota?.- Le preguntó Aroa.- Si tuvisteis una pelea con Lucia ve y arréglalo con ella, no te desquites con mi novia.

- ¡Estos asquerosos Dioses solo nos ven como diversión Aroa, ella te follará y luego se irá... solo buscan saciar sus pasiones, egocéntricos de mie...!.

- ¡Aida, frénate ahí!.- Le ordenó Ana.- Está es mi casa y no te permito que hables así, menos frente a una invitada.

- ¡Ja! ¿Ya te los ganasteis? ¿Fue fácil? Habla pedazo de mierda.- Empujó la espalda de Gabriela provocando que pasara a llevar su vaso y este cayera haciendose trisas en el piso.- Eres una gilipolla y cobarde como tu hermana, una Alfa inservible que de seguro encontrará la muerte en las manos de Hades en esa puta guerra Dorada.

Gabriela quedó extrañada frente a aquellas palabras, Meri no le había dicho nada de una batalla. — ¿Que dices? ¿Qué guerra?.

- La estúpida de tu hermana se unió a los putos Dioses que iran al Tártaro a acabar con Hades. Jajaajaja putos capullos de mier....

- ¡AIDUSKI, SEDEUP RES AL ARUTUFEC ANIELET Y ODOTEC OL EUQ SARISTEC OREP EVELVET IT ELARTEC LE OTEREPO E IM AILIAFEM E ITE ERIPORTEC AL ARAC ¿EM SEOU?! (¡AIDA, PUEDES SER LA FUTURA REINA Y TODO LO QUE QUIERAS PERO VUELVE A FALTARLE EL RESPETO A MI FAMILIA Y TE PARTIRÉ LA CARA ¿ME OYES?!).

- ¿Tú y quién más?.- Preguntó desafiante.- Atrévete y te golpearé tan fuerte que me suplicaras que pare, eres un pedazo de mierda, aléjate de mi hermana, de mi familia... si te veo por aquí, ya sabes. Le pediré la espada a Alex y te la clavaré en tú puto corazón.

La amada del Gran Caos [AiLu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora