51. Adamauk

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Aida disminuyó su tamaño, necesitaba saber en qué estaba pensando su novia al traer a su hermana menor al Olimpo.

- ¿Ya...ya te dije que...que te amo Aiduski?.- Le preguntó Lucia al tenerla al frente.

- ¡Joder Lu ¿En qué coño estabas pensando? Sabes que no se permiten humanos en el Olimpo!.

- Aida, yo se lo pedí. Lucia no tiene la culpa.

- Esto Aroa... sobrepasó los límites ¿Qué mierda pretendías? Nos podrías meter en varios problemas.- Le regañó la futura Gran Okwami.

La humana miró fijamente a su hermana mayor. — Aida lo hice por... por amor. Eros me mostró una visión o pesadilla, no lo se. Él me decía que debía salvar a Gabriela, quién se encontraba en el Inframundo de la Luna. Luego vi esas imágenes horribles, la chica... la chica que me gusta cayendo al suelo tras ser azotada por una bestia peor que Voldemort y ese capullo de Alex estaba presente, pero Gabriela le ganó, lo dejó casi muerto.

- ¿Alex?.- Preguntó Aida extrañada.

- Debo ir Aidi, no se que le pasó a mi hermana. Pero si el sueño de Aroa es real, podría...

- Podría estar muerta.- Dijo la humana con los ojos cristalizados y un nudo en la garganta.- Por eso le exigí a Lu que me trajera Aida, quiero estar cuando llegue. Se que no puedo ir a rescatarla por que soy una puta mortal totalmente inservible. Pero por lo menos quiero estar cuando llegue.

- Aroa.... ¡Joder!.- La nueva inmortal, caminó unos pasos hacía atrás mientras se llevaba ambas manos al rostro.

- Te pido bebé que no le digas a nadie. Tomaré a un par de guard....

- ¡¿Qué?! No, no, no...- Le dijo Aida, sacandose las manos de la cara y acercándose a su novia.- No permitiré que vayas haya, es peligroso Lu.

- Es mi hermana Aidi, debo ayudarla como ella a hecho mil de veces conmigo.

- Pero no te quiero perder Lu. Quédate, por favor mi amor.

- No puedo bebé, entiéndeme. Les pediré a Dioses Beta de la guardia real que me acompañen y saldré en su auxilio.

- ¿Y los reyes?.

- Ordenaré que un Beta les comente. Si me tomo más tiempo Aidi quizás Gabi.... Debo ver si está bien, por favor... déjame ir.

Aida no aguantó más, lágrimas de miedo y frustración comenzaron a invadir sus mejillas, su marca literalmente quemaba. Lucia se acercó y besó sus labios con ternura e intensidad para que su saliva la calmara.

Aroa las veía con un sentimiento de anhelo, ya que desearía estar con Gabriela haciendo lo mismo que su hermana; Y culpa, por ser la causa de dolor y separación en las futuras reinas.

- ¿Re...regresarás a mí?.- Aida le preguntó entre sollozos a su novia.

- Si, pequeña.- Y desapareció, si se quedaba un minuto más quizás no se iría nunca.

La humana recordó aquella noche cálida en Italia, mirando las estrellas al lado de la chica mas guapa del mundo, la chica que había conquistado a primera vista su corazón. — ¡AHHHHH!. — Grito como nunca antes lo había hecho, ese sonido estaba contenido en su interior. Se arrodilló y dejó caer su cabeza en sus muslos. No podía hacer nada más, solo llorar y rezar que su amor verdadero regresara sana y a salva.

Aida observaba como su hermana lloraba desconsoladamente, jamás la había visto así, cada grito, cada llanto la desgarraba internamente. Dejó su preocupación y dolor a un lado, se arrodilló junto a ella, levantó parte de su cuerpo y la abrazó. — Te entiendo pequeña, duele, duele mucho... llora, llora que yo estoy a tu lado.

La amada del Gran Caos [AiLu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora