| Epílogo |
He viajado mucho más que en otras antiguas historias. El verano acabó y yo seguí dando vueltas tras Julia y Diego.
Entré de lleno en sus historias, tanto que no veía el momento de dejarlas.
Los ocho viajaron por toda España con la caravana mientras, Pablo, fundaba una anécdota nueva en cada destino. Llenaron decenas de carretes intentando sacar una foto decente.
El viaje se les hizo tan corto qué decidieron ampliarlo a todo Europa. Ellos eran felices sobre las ruedas de esa caravana remodelada.
Diego y Julia no podían seguir dando largas a la productora, por lo que aceptaron ser los teloneros de un trío flamenco. Ellos, sus amigos y la caravana se fueron tras ese grupito a conseguir que la gente amará lo que hacían en el escenario.
El principio fue duro, y difícil, apenas ingresaban fondos en sus cuentas; intentaban pasar el día a día con la comida que ofrecían en los backstage de los conciertos. Rodrigo y Pablo, adquirieron dotes de ladrones para meterse la comida por dentro de las chaquetas.
A pesar de los baches económicos en ningún momento se replantearon dejar a sus amigos tirados en mitad de esa gira como teloneros.
Las actuaciones iban y venían al igual que la gente, y cada vez eran más los que pedían a gritos que ellos dos salieran a cantar. El público se volvía loco cuando los dos enamorados subían al escenario, a llenarlo de arte, estallaban a aplausos mientras se empujaban los unos a los otros para conseguir que los les chocaran la mano.
Julia y Diego, fueron creciendo como artistas en cada actuación, al igual que lo hacían sus seguidores y las alarmantes ganas de que sacaran un disco. Ellos trabajaron mucho en uno, aunque no disponían de mucho material, pero Ángel siempre les daba alcancé a lo necesario.
Tras mucho trabajo, a finales de 1995 llegó el primer disco; formado por diez canciones de flamenco pop. "Acordes dormidos en la luna", todos lloraron con la llegada de ese disco. Quisieron retratar en cada canción el amor, y lo importante que es saber pisar bien en la vida.
Por supuesto, no faltarán las referencias locas hacía la luna, ni tampoco el agradecimiento a cada estrella que brillaba en el cielo. Ellos dos se inspiraron en sus familias y amigos a la hora de escribirlo.
Cada día, eran más conocidos y no podían andar con la tranquilidad antigua por las calles. Desde la productora les ofrecieron calidad en todo tipo de ámbitos. Furgonetas con chofer para ellos y todos sus amigos, hoteles de más de cuatro estrellas para el alojamiento, y restaurantes para acabar chupándose los dedos.
Pero sin pensárselo dos veces, rechazaron todo eso.
No quisieron renunciar a sus inicios, el hecho de que les fuera bien, para ellos no significaba tener que abandonar la caravana y llenarse de lujos de sopetón.
Ellos quisieron seguir en lo mismo. Aunque sí que hicieron un par de cambios...
Invirtieron parte del dinero que estaban ganando en ampliar la caravana, usando de base la que los había alojado hasta ese día. Así que la convirtieron en un autobús, como si fuera una casa por dentro.
Ellos la bautizaron como "motorhome lunar".
Aceptaron contratar a un chofer tras las insistencias de Ángel, así conocieron a Peter. Pero no querían ningún tipo de servicio más.
En cambio, pensaron colocar a sus amigos para que ellos también recibieran ingresos económicos. Lo hablaron entre todos, y se asignaron tareas según los gustos y cualidades de cada uno; para crear un trabajo en equipo.
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Haremos ruido desde la luna
Romance"Fui a escribirte te quiero en la ventana" Julia, con el corazón agrietado, desapasionada hacía sus sueños de niña, con miles de preguntas bajo el colchón; encontró el último regalo de su abuelo. Diego, acompañado de su guitarra buscando su musa por...