Capitulo 4.

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La puerta hizo un estruendo cuando mi cuerpo chocó contra ella, haciéndome soltar un leve quejido el cual sólo pasó a segundo plano porque el oxígeno que ahora respiraba sólo olía a sexo y éso me cegaba.

La alcé sujetando sus muslos haciendo que sus piernas abrazaran mi cintura, mientras que con una de mis manos la mantenía contra mí y con la otra recorría partes de su increíble cuerpo.

—Debo decir que tu color de piel me vuelve loco...— dije entre besos con respiración agitada.

—Y yo debo decir que tu cintura y piernas me vuelven loca a mí...— respondió ella con una pequeña sonrisa en sus labios.

Sólo le sonreí de vuelta llevándola al borde de la cama para empezar a deshacerme de mi ropa pero ella detuvo mis manos sorprendiendome, no creo que vaya...

—Déjame a mí— pronunció lentamente —, quiero deleitarme con todo tu cuerpo.

Mierda.

Ésa corta oración entró en mis sentidos y jamás salió, la repetí una y otra vez mientras la observaba pasar sus manos por mi pecho y abdomen, mordiéndose los labios y mirándome de vez en cuando.

Ya no podía más.

—Disculpame, pero es que ya no puedo más...— le dije para tirarla completamente en mi cama y subirme sobre ella.

—Puedes hacer lo que quieras conmigo.

Sonreí ante sus palabras porque aunque ella no lo hubiese dicho, es lo que iba a hacer. No iba a parar hasta hacerla sollozar de placer ni hasta que me suplicara por más.

—¿Encaje?— pregunté luego de haberla despojado de su ropa.

—Sorpresa señor Jeon— dijo sonriendo.

Abrí mi boca para decir algo pero inmediatamente la cerré. No iba a decirle lo que él “Señor Jeon” provocaba en mí, mejor se lo demostraría, estoy seguro de que entendería perfectamente.

Me lancé nuevamente a sus labios para devorarlos mientras mis manos se deshacían de su ropa interior negra de encaje, sonreí contra éstos mirándola fijamente, ése brillo en sus ojos... estaba completamente excitada. Llevé dos de mis dígitos para empezar a restregarlos contra su intimidad haciendo que arqueara la espalda de inmediato, bajé mis besos por su cuello hasta llegar a tener sus pechos enfrente, después de todo si los estoy sintiendo sin ropa de por medio.

—Jungkook~...— gimió —, maldición sigue.

La miré fijamente cuando sus ojos verdosos conectaron con los míos, sonriendo levemente pasé mi lengua por su pezón sin apartar la mirada haciendo que ella cerrara los ojos y clavara sus uñas en uno de mis hombros, y éso que ésto a penas empezaba.

—————

Mis manos no se perdían ni un centímetro de su cuerpo, es que estaba bien divino.

Su cintura, sus piernas, sus manos, sus labios, sus tatuajes, todo en él podía volverme perfectamente loca con tan sólo pensarlo.

—Oh Dios~...

—No metas a Dios en...— gimió — en ésto, no es muy santo de nuestra part... Uy, maldición~ sigue sigue...

Su frente sudorosa, sus labios rojizos, las venas se sus manos, su abdomen contraído por mi culpa... Su mirada, era aún más oscura a diferencia de cuando lo conocí y éso me mataba.

—Brina~ Brina~

Quiero oírlo más y más.

—¡BRINA!

Hunter | JJK [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora