Capitulo 39.

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Me encontraba mirando el mar en plena madrugada porque no encontraba la manera de dormir y ahora estaba aquí, de pie frente a la infinita marea azul, oyendo las olas golpeando y viendo la luna llena, brillante y hermosa, la brisa fresca que erizaba la piel y me gustataba ésa sensación.

Me encontraba pensando en todo lo que he vivido desde pequeño, todo lo que he conseguido a pesar de los obstáculos que la vida se empeñaba en poner en mi camino y en el ahora. Tenía la mujer que he amado siempre hasta sin darme cuenta, tenía a unos grandes amigos que siempre me han acompañado y otros que dejé entrar en mi vida sin pensar en que convertirían en personas especiales, a veces pensaba que no merecía estar rodeado de todos ellos pero siempre aparecía mi ángel ha decirme todas las cosas buenas que he hecho y la gran persona que veía en mí.

Ése ángel me abrazó desde el primer momento y nunca me soltó, ahora lo veía así.

—¿En qué piensas vida?— preguntó apoyando su mejilla en mi espalda y rodeando mi cintura con sus pequeños brazos.

—Sólo son cosas...

—¿Lo mismo de siempre?— a ella no podía mentirle nunca —. Sabes que puedes hablar conmigo, estoy aquí contigo.

—Y aún no lo creo— dije soltando un pequeña risita y pasando mi brazo sobre su cabeza para traerla a mí y tenerla de frente —, eres increíble. Eres una mujer increíble, una mujer luchadora e imparable y me enamoré de ti como no tienes idea pero...— suspiré —, a veces tengo miedo de que estés cerca de mí y pueda romperte.

—Éso no pasará, ¿Sabes por qué?

—¿Por qué?— pregunté con una sonrisa abrazándola.

—Porque me amas, porque te amo y aunque a veces rompemos o lastimamos a la persona que amamos, si es la indicada siempre, escúchame bien, siempre regresará y estará para ti— dijo colocando sus manos sobre mis mejillas —, no te voy a negar que me lastimaste en algunas ocasiones pero aquí estoy, amándote más que ayer y menos que mañana, además estoy segura que tú también sientes lo mismo.

—¿Qué haría sin ti mi ángel?— pregunté nuevamente, ésta vez dándole un beso en sus labios y haciendo que ella sonriera —. Por cierto, ¿Por qué no estás durmiendo?

—Lo mismo me pregunto yo...

—Ya sabes porqué pero... ¿Qué pasa? ¿Tienes algo que te preocupa?

—No, nada mi amor.

—¿Entonces?

—Es que éstos días aquí contigo, la playa, la compañía en general han sido increíbles, éste fin de semana ha sido mágico y todo es gracias a ti, a los chicos, a todos ustedes.

—Te amo ojitos verdes— dije sonriendo.

—Te amo ojitos tiernos— respondió de la misma manera.

—¿Ojitos tiernos?— pregunté confuso entre risas.

—¿No te los has visto?— preguntó riendo —. Tienes una galaxia ahí dentro y además pareces a bambi, es muy tierno.

—¿Debería agradecerte o reírme?

—Sólo abrázame tonto— dijo entre risas.

Sin pensarlo dos veces la abracé, un abrazo lleno de amor y cariño, un abrazo fuerte y que quisiera que fuera duradero pero ni modo que anduviera manejando con ella pegada a mí.

«Podríamos intentarlo»

Tienes razón, no es mala idea.

Sonreí por pensar en aquello pero también por tenerla entre mis brazos. Debería de moverme cuanto antes para hacerla mi esposa, debería de pensar cómo, cuándo y dónde se lo pediría porque sí, quería que fuera la señora Jeon.

Hunter | JJK [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora