Hunter | JJK [+18] ©

Epílogo.

Cinco años después.

—No necesito un regalo de cumpleaños amor— dije abrazándola por la cintura —, a menos que...

—¿Qué cosa?

—Ya tú sabes— sonreí de manera coqueta.

—¡Jeon Jungkook!

—Sólo soy sincero— me defendí elevando mis manos.

—Mami mami, mira— entró sonriendo mi pequeña no tan pequeña hija con un diente de león en su mano... o lo que era —, oh, ya no está.

Claramente venía a mostrárselo a la rubia pero tan sólo por venir corriendo éste había desaparecido sólo dejando una que otra hojita haciendo que mi pequeña hiciera un puchero tierno en sus labios haciéndola lucir tierna.

Me acerqué a ella y la cargué en mis brazos mientras la arrullaba para que no se sintiera mal por no cumplir su cometido.

—Era muy bonito...

—Seguro que sí mi niña— dije acomodando su vestido —, pero te he dicho que si corres con ellos el viento se los lleva dejándolo sin hojitas.

—Queda calvo— dijo riendo haciéndonos reír a nosotros.

—¿De dónde sacas esas cosas?— preguntó con una sonrisa su mamá acercándose a nosotros.

—El tío yoongo dice que así se quedará el tío esperanzita si sigue pintandose el cabello, me mostró una foto y todo papá— rió mirándome con una cara graciosa —, los calvos quedan sin ningún pelito, como esta flor.

Sólo esperaba que mi hija no mencionara nada delante de su tío Hoseok y que mucho menos mencionara el hecho de que Yoongi fue quién le dijo tal cosa porque sino, pelearían otra vez como niños chiquitos e insoportables.

—Mejor anda a seguir jugando con tu prima, mamá y papá bajan ahora, ¿Si?

—Esta bien— respondió la pequeña saliendo de la habitación —, papi...

—¿Dime preciosa?

—Feliz cumpleaños, te amo mucho— juro que mi corazón dió un vuelco enorme a oír tanta ternura.

—Ay mi amor, gracias— la tomé otra vez entre mis brazos y repartí varios besos en su rostros haciéndola reír nuevamente —¿Sabes que te amo mucho más, no?

—No es cierto.

—¿Cómo que no?

—Mami siempre dice que nosotras te amamos más— respondió dándome un pequeño besito en mi mejilla haciéndome derretir de amor.

Miré a la rubia quién se encontraba mirando tal escena con sus brazos cruzados y una leve sonrisa, cada día más hermosa y le lancé un beso al aire.

—Así es mi niña, siempre le tenemos que ganar a papá— dijo agarrando sus mejillas —, él siempre es muy competidor pero nosotras somos el doble, ¿Verdad que si?

—¡Si!

—————

—Cuando te diga te tienes que quitar la venda— le dije mientras lo guiaba hasta el lugar.

—Jeon Sabrina, me llego a caer y te juro que me las vas a pagar.

—¿Estas amenazando a tu esposa?

—No, le estoy advirtiendo.

—¿Y qué le adviertes?— pregunté con una sonrisita cerca de su oído.

—Si llego a besar el suelo yo te voy a robar por unos días y me vas a pagar caro el hecho de verme ridículamente estúpido porque sé que no estamos solos en donde sea que estemos.