Capitulo 47.

1.2K 120 15
                                    

Al fin había llegado el día, a pesar de todos los obstáculos que tuvimos desde el primer momento, hoy le dábamos fin, hoy seríamos esposos ante Dios y ante todos los que fueron testigos de nuestra unión desde el segundo uno en ése club.

Al parecer estaba destinado, al parecer estaba escrito así, íbamos a pasar por todo aquello para llegar aquí, para ver la luz al final del túnel y estaba muy agradecido de que fuera así, estaba muy feliz pero también estaba nervioso, era la primera vez en que tomaba algo en serio con una mujer, era la primera vez que daba un paso tan importante en mi vida como lo es compartirla.

—Me voy a casar— me dije mirándome al espejo con una sonrisa —, me voy a casar... ¿Puedes creerlo?

«Créeme que no, no puedo creerlo»

—Será mi esposa.

—Y vaya que será una mujer afortunada...— habló mi nana acercándose a mí —. Estoy muy orgullosa y feliz por el hombre en el que te has convertido y estoy segura de que tu madre también lo está.

—¿Lo crees?

—Claro que si. Hasta te aseguro que estará ahí, al lado de ustedes dándoles la bendición.

—Yo también lo creo así— respondí mirándola —. Gracias por todo nana, eres como una madre para mí, me has visto crecer, me has visto meter la pata varias veces e incluso me has criado como si fuera sangre de tu sangre y la verdad estoy muy agradecido por éso... Te quiero mucho.

—Yo también te quiero mucho mi niño.

Me acerqué a ella y la abracé con todo el amor y cariño que le tengo, besé su frente sonriéndole nuevamente y juntos nos encaminamos hacía la salida de aquella cabaña encontrándome a los chicos quienes me esperaban fuera de ésta sonrientes.

—¿Listo campeón?

—Lo estoy, aunque no lo crean— dije riendo.

—Mírate— habló Jimin acercándose —, el mismísimo Jeon Jungkook casándose.

—¿Quién lo diría, no?— preguntó Hoseok uniéndose a nosotros.

—Escúchame bien mocoso— ése era Jin claramente —, si le llegas a hacer daño te las verás conmigo, eh.

—Y conmigo— se interpuso Taehyung.

—Nunca le haría daño y lo saben— respondí suspirando —, daría la vida por ella.

De éso estaba seguro.

—Vamos entonces, ya casi es momento.

Caminé por aquel pasillo lleno de pétalos rojos llamando la atención de los invitados, con una suave melodía de fondo y del brazo junto a mi nana, los chicos me acompañan detrás de mí, saludaba a uno que otro invitado sin dejar de sonreír, dándome cuenta que lo hacía mucho cuando estaba nervioso, seguramente parecía al Guasón. Al llegar al altar contemplé el océano que era testigo de éste día tan especial junto a los hermosos colores del cielo dándome calidez y seguridad.

—¿Cómo está padre?— saludé.

—Muy bien hijo, tenía tanto tiempo sin verte— dijo con una sonrisa —, ahora ya te vas a casar.

—Así es— respondí sonriendo -, es un gusto que sea usted quién lo vaya a hacer.

—Pues, créeme que a mí me llena de orgullo hacerlo.

El sacerdote lo conocía desde pequeño porque cuando iba con mi nana a la iglesia para rezar por mi madre, para pedirle al de arriba que me la regresara, él era quién se encontraba ahí, volviéndose amigos de nosotros, haciendo que le cogiera un cariño especial.

Hunter | JJK [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora