—¿Necesita algo más señorita Fox?— dije fastidiado.
—¿Por qué yo?— preguntó. Mi mirada debió parecer confundida porque inmediatamente se hizo explicar —. ¿Por qué estuviste conmigo entre tantas mujeres?
—Porque así lo quise.
—Habían más mujeres en ése club...
—Si, las había, pero tú... no sé, simplemente quise contigo pero ya pasó— le hablé obvio —. ¿A caso te enamoraste de mí así como así?
—¿Enamorarme de ti?— preguntó incrédula —. Jungkook, no eres la última Coca-Cola en el desierto.
—¿Entonces por qué insistes?
—Para confirmar— dijo bajando su mirada y haciendo caer sus hombros —, para confirmar que eres un idiota sin corazón y que te odio.
—Entonces el odio es mutuo.
—¿Y por qué me odias tú a mí?
—Porque odio a las personas que creen que se lo saben todo, porque odio a las personas que empiezan a juzgar a los demás sin verse ellos mismos, porque éso es lo que estás haciendo tú— dije acercándome un poco más a ella —, me juzgas por haber estado contigo entre un millón de mujeres, pero no te miras a ti, o... ¿A caso me vas a negar que también estabas en busca de sólo sexo?— ante ésa pregunta no obtuve respuesta alguna, sólo una mirada con el ceño fruncido por notable molestia —. ¿Si ves? Entonces no me digas nada a mí y concéntrate en tus asuntos, no te metas en la vida de los demás y no te quieras hacer la heroína porque no sabes nada, porque mientras tú estás defendiendo a ésas mujeres, ellas siguen detrás de mí aún así les haya dicho lo mismo que te dije a ti, sólo soy de una noche, nada más, es cosa de ellas si quieren seguir ahí, no mía.
No tenía nada por decir, porque decía la verdad. Podría tener un cartel encima que diga “Sólo tengo sexo con una mujer por una sola noche” y seguirían ahí, ya culpa mía no sería, sino de ellas mismas.
—Así que aprovecharé para decirte que la próxima vez que nos veamos, no hagas como si nos conociéramos, sólo... olvídalo— dije para darle fin a aquella conversación.
Les hice una seña a los chicos para que no preguntaran nada, ya luego se lo haría saber y sin más nos encaminamos fuera del lobby dejándola atrás sin nada que decir. Después de un corto trayecto llegamos al restaurante, habíamos pedido una reservación apartados de todos los demás y que estuviera frente a la playa, me encantaba mucho aunque no fuera muy seguido.
—Permiso, aquí estan sus pedidos— habló un chico joven trayendonos lo que habíamos pedido mientras otro servía el vino en nuestras respectivas copas —, espero lo disfruten.
—Muchas gracias— respondió Jimin.
Ambos hicieron una corta reverencia retirándose para seguir con su trabajo mientras nosotros probamos bocado, éste restaurante nunca decepciona. La noche pasó entre risas, recuerdos de la secundaria y la universidad, pero de un momento a otro los chicos mostraron curiosidad por lo que había pasaba con la señorita Sabrina, así que no tuve más remedio que decirles todo.
—Y éso fue lo que pasó...— dije tomando de mi copa.
—¿No crees que fuiste muy cruel?— preguntó el castaño —. No sé, habían mejores formas de decirlo.
—Sabes que prefiero ser claro.
—Si Jungkook, lo sabemos— habló el rubio ésta vez —, pero sabemos también que no mides lo que dices.
—Éso es verdad— afirmó Taehyung.
—Pero no dije nada malo— me defendí por segunda vez.
—No, pero pudiste decirlo mejor, éso es todo— el que tomaba ahora de su copa era Tae —, te recuerdo que estuve en primera fila.
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Hunter | JJK [+18] ©
Fanfiction¿Es posible sentir atracción hacía una persona que odias? Tal vez ése odio puede ser sólo un disfraz para no demostrar lo que en verdad sientes, es como un chaleco antibalas, está para protegerte, para que no te lastimen. Sin embargo, siempre hay...