Capitulo 13.

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Fiesta de máscaras.

Honestamente nunca había ido a una, por lo que tengo entendido la empresa Calvin Klein siempre hacía una fiesta con temática cada año, todos los gastos iban dirigidos a fundaciones que lo necesitaban. No me pesaba para nada dar dinero a las personas que de verdad lo necesitan, incluso cuando tengo el tiempo me dispongo a dar a aquellas personas que veo en la calle de camino a donde vaya, obviamente éso no lo ve nadie, ni los medios.

Para ellos es mejor una primicia de algo malo que haga o cualquier otro escándalo para hacerlo notar. Nunca ponen el lado bueno de las cosas, por éso poco a poco voy perdiendo la fé en la humanidad, cada vez que logró acoger aunque sea un poco de ella, alguien se encarga de destruirlo. Es casi imposible ser alguien reconocido y pasar por desapercibido, es molesto casi siempre tener una cámara pegada a la cara para saber sobre tu vida, inventar rumores o esperar a que cometas un pequeño error para hacerlo extenso y exagerado. Admiro mucho a los artistas que viven todos los días en ésa circunstancia, es muy cansón.

—Te ves guapísimo mi niño.

—¿Muy muy guapo o poco?— pregunté con un toque de burla para hacerla reír.

—Mucho, mucho, muchísimo— respondió mi nana —, siempre lo estás. Afortunada la mujer que esté contigo eh.

—Si es que llega a haber una nana.

—Ya verás que si, aunque no quieras. Capaz y ya está cerca de ti pero ni lo has notado, créeme, te acordarás de mí— dijo con una sonrisa sincera.

Ella sabía mis andanzas con cada mujer, sabía que lo había heredado básicamente de mi padre, pero también sabía que a las mujeres les tenía un respeto enorme y por éso no se preocupa tanto, digo yo.

—A parte del negro, el rojo también te queda muy bien, te hace ver muy sexy.

—Siempre lo he sido nana. ¿A caso dudas de ésta belleza nata?— le pregunté mirándome al espejo.

—Tienes que ser tonto Jungkook...— dijo entre risas contagiandome —¿Los otros locos también van a ir?

—¿Los chicos?— pregunté mirándola, ella asintió —. Si si, por supuesto. A pesar de no ser tan importantes como yo, cabe destacar, ellos también fueron invitados.

Ambos empezamos a reír por lo dicho. No lo decía en serio, los chicos también eran personas importantes, a su manera, pero lo eran, así que era de lógico que estarían en la gran fiesta.

—¿Vas a llevar acompañante?— preguntó un tanto ilusionada.

—Para nada, sabes que éso no va conmigo— dije rompiendo toda ilusión que sus ojos transmitían.

—Pero seguro tus amigos si llevarán.

—Si, pero yo no nana, sabes que no me gusta y...

—Hasta que encuentres a la indicada.

—¿Eh?— pregunté confuso. ¿A qué se refería con “la indicada”?

—Prométeme que cuando ella llegue, no desaprovecharás ni un momento.

—Nana pero...

—Prométemelo— dijo sujetandome ambas manos mientras me miraba otra vez con aquella ilusión en sus ojos —, por favor.

Suspiré levemente y la miré, quería decir que no, quería negarme a ésa promesa, pero mientras miraba sus ojos no podía decir nada. ¿Me lo estaba planteando de verdad? ¿Yo Jeon Jungkook estaba pensándose en aceptar dicha promesa?

La miraba y la seguía mirando, en mi cabeza daban vueltas los pros y los contras de aquella propuesta. Estaba la opción de no elegir bien y arrepentirme de ello, pero también estaba la opción de poder encontrar aquella mujer que ella llama la indicada, pero también estaba la  opción de que se aprovechen de mi dinero y ya o de no ser feliz, incluso, la de ser feliz también pasaba por mi mente.

Hunter | JJK [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora