Hunter | JJK [+18] ©

Capitulo 5.

¿De verdad? ¿En serio se iba a comportar así? ¿Por qué era tan imbécil? ¿Qué se cree? Dios... estoy tan frustrada.

Miles de preguntas indagaban en mi cabeza pero ninguna respuesta para ellas.

—¡Se te va a saltar la vena Brina!

—¿¡Y cómo quieres que no se me salte si es un completo imbécil?!

—Debe de haber una explicación para todo ésto— dijo Megan tomando un sorbo de su café —, además, ¿En qué te afecta todo ésto?

Otra vez no tenía respuesta pero ésta vez a su pregunta.

—Lo conociste en el club y te lo cogiste el mismo día, no puedes andar por ahí ilusionandote del primer hombre que ves o con el que te acuestas.

—No me ilusioné— dijo tratando de defenderme.

Pero... ¿A quién engaño? Creí que ésta vez seria diferente, que por lo menos podríamos conocernos más y quién sabe, tal vez hasta podríamos haber tenido muchas cosas en común y si no funcionaba, quedar como amigos, pero claro, siempre tengo la suerte de acercarme a hombres que no valen la pena. Estoy empezando a creer que ninguno lo vale en realidad.

—Esta bien, si, me ilusioné pensando que era, no sé, el indicado.

—¿El indicado para qué?— preguntó Megan mientras llamaba a uno de los meseros del café en donde nos encontrábamos —. ¿Para coger? Porque éso fue lo único que hicieron, ni siquiera intercambiaron número de teléfono Brina.

—Y doy gracias por éso porque mira cómo me salió.

Un chico muy apuesto se acercó a nuestra mesa y supongo yo que es el mesero que Megan hace unos minutos había llamado. Vaya, es gigante.

—¿Algo más?— preguntó el chico.

—Sólo la cuenta por favor.

—En seguida se la traigo— respondió haciendo reverencia y llevándose los utensilios que habíamos usado.

—Gracias guapo.

—¡Megan!

—¿Qué? ¿Me vas a negar que es guapo?

Rodé los ojos con una sonrisa en mis labios, ésta mujer me hacía pasar vergüenzas que ni se podían imaginar, pero sin embargo siempre ha estado para mí, me hace reír y está apoyando en todo momento. Estoy agradecida de tenerla en mi vida.

—¿Te vas a tomar éso?— me preguntó señalando mi café.

—Si, en el camino— respondí cogiendo el envase —, deja de tomar tanta cafeína que es malo.

—¡Es que tengo sueño!

—Bueno, no es mi culpa hayas estado hasta la madrugada en una fiesta— le dije rodando los ojos.

—Si mamá— respondió con fastidio —, tienes razón.

Luego de unos breves minutos el mismo chico regresó trayendonos la cuenta, mi amiga se ofreció a pagar todo y le agradezco porque dejé todas mis cosas en el estudio. Salí disparada con el coraje hasta más allá de mi límite, no quería estar bajo el mismo techo que ése hombre, tan sólo de pensarlo me molestaba aún más.

—Ten, muchas gracias.

—A ustedes por siempre preferirnos— dijo el chico sonriendo haciendo que se les formaran unos hoyuelos hermosos —. Por cierto...

—¿Si?

—¿Estás soltera?— éso fue dirigido a mí, oh dios mío.

Mi cabeza no podía procesar lo que estaba pasando en éste momento. ¿Me estaba preguntando si estaba solté de? ¿Escuché bien?