10

2.4K 174 7
                                    

[Rayita]

Media hora pasó desde que había oído aquella conversación del hermano de Cinco con su cuñada. No me había concentrado en lo absoluto en aquel libro por darle miles de vueltas a esa conversación.

Por más que intentara leer no entendía ni una palabra de las líneas, solo cruzaba una frase por mi mente.

Tal vez estamos exagerando un poco, solo necesita llevar una vida más tranquila. Y hasta podría conocer a alguien.

⟨Conocer a alguien...⟩

Algo en mi se removió con tan solo pensar en eso.

Un pequeño ronquido me sacó de mis pensamientos, miré a Cinco acostado sobre su escritorio sin moverse.

Me acerqué a verlo, dormía plácidamente sobre su libreta. Reí levemente al verlo así, su rostro se veía tan relajado y tranquilo, fruncía levemente el ceño pero daba más que todo ternura.

La taza que le había traído se encontraba vacía, sonreí al notarlo.

Me arrodillé a su lado poniendo mi cabeza sobre el escritorio también quedando así cara a cara. Su respiración calmada me relajaba tanto que sin notarlo quedé embobada mirándolo por quien sabe cuanto tiempo.

—Te haces el duro, pero sé que ocultas ese dulce lado que tuve el privilegio de conocer antes que todos —susurré admirando cada parte de su rostro.

De pronto un flashback llegó a mi mente por la imagen frente a mí.

Admiraba perdidamente su perfil que parecía ser hecho por los mismos dioses. La paz que había en mi corazón no se comparaba a nada que hubiese sentido antes.

Él era la paz que me faltaba encontrar sin yo saberlo.

Muchas veces creí que era normal o incluso común sentir un vacío dentro de ti, que nadie nunca lo tenía todo totalmente y que eso estaba bien porque nadie nunca era conforme con nada, todos queríamos más y más.

Siempre sentí que una parte de mí estaba... Vacía, como si fuera la pieza de un rompecabezas.

Cuando pierdes una pieza está incompleto, por más que estén todas ahí unidas siempre habrá un hoyo entre ellas porque algo falta. Así me sentía yo, y no digo que no fuera feliz porque sí lo era, pero algo simplemente no estaba.

Aún faltaba la pieza de ese rompecabezas.

—¿Disfrutas la vista? —preguntó interrumpiendo mi viaje astral.

Sin duda alguna es la mejor que he podido admirar.

Sonrió alegremente.

Mira nada mas que linda puesta de sol —señalé la ventana que estaba tras él, la puesta de sol y él en frente sin duda parecían una obra de arte.

Su sonrisa se borró en un instante para hacer una mueca de ofendido, verlo así me hizo reír.

¿Con qué así quieres jugar?

Me abrazó por la espalda acorralando mis brazos y haciéndome cosquillas, yo reía fuertemente sin parar y también podía oír como el reía junto a mí.

¡Basta! ¡No me gustan las cosquillas! —reclamé entre risas.

Sin darme cuenta acabamos en el suelo riendo como locos, cuando ya había parado intentamos calmar nuestras agitadas respiraciones por la risa. Nos miramos fijamente sonriendonos como idiotas.

𝐌𝐢 𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐜𝐚 // 𝐅𝐢𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora