[Omnisciente]
Cinco iba mirando el suelo mientras caminaba por las frías calles de la ciudad, su mente estaba hecha una maraña de pensamientos.
Luther se había ido del bar porque Sloane lo había llamado, Cinco lo dejó irse porque necesitaba pensar después de haber admitido aquellos sentimientos de los que no era consciente hasta este momento.
La fría brisa pegaba en su cara, pero a pesar de que sus labios tiritaban levemente por eso, no les prestó la suficiente atención.
—Se supone que la odiaba en un principio... ¿Qué demonios, Cinco? Eres un masoquista.
Mientras caminaba se le quedaba mirando disimuladamente a las parejas que iban tomadas de la mano.
Algunos jugaban con la nieve, otros se abrazaban para darse calor, y hasta había algunos que cantaban villancicos.
—Soy un completo idiota —se recriminó volviendo la vista al suelo—. ¿Cómo se me ocurre enamorarme de alguien que supuestamente tiene un alma gemela?
⟨Alma gemela...⟩
Arrugó su gesto al pensar en aquello. Detuvo su andar de golpe y levantó la cabeza sorprendido.
—Espera un segundo...
Unos recuerdos llegaron con rapidez a su mente.
—Así que, hasta que no encuentres a tu alma gemela no podrás deshacerte del hechizo.
—Me temo que no.
—Las almas gemelas, media naranja, hilo rojo o como le llames, es todo falso.
—Eso no es cierto.
La luz del foco se le encendió al recordar eso.
—Si me ven me quedaré atrapada para siempre en esa linda muñequita.
—A ver genia, ¿Cómo puedo verte yo entonces?
Se veía dudosa de responder, eso lo hizo desconfiar un poco.
La respiración se le cortó y su corazón se paralizó.
—Si no encuentro a mi alma gemela más nunca podré salir de esa muñeca, ni siquiera al mundo exterior. Me quedaré por siempre dentro de ella...
—¿Y por qué yo sí puedo verte?
Y en ese momento una brisita imaginaria como la de la rosa de Guadalupe aclaró todo para el ojiverde, iluminó todo rastro de confusión que pudiera quedar.
Sus ojos parecían que iban a salirse de sus órbitas de tanto que los había abierto.
—Carajo... ¿Tan ciego estuve todo este tiempo?
Se quedó ahí parado en medio de la acera asimilando todo. Inconscientemente una pequeña sonrisa se fue formando en su cara.
—Soy su alma gemela... —susurró sin poder creerlo.
Soltó una risita al escucharse decir eso.
—Soy su alma gemela —repitió esta vez más alto.
Pronto esa sonrisa creció hasta el punto de casi no caber en su cara.
En ese momento todas las luces de navideñas, la alegría de los villancicos y el hermoso ambiente de la nieve tomó más energía, color y vida.
Soltó una carcajada de incredulidad.
—¡Soy su alma gemela, carajo!
Comenzó a dar vueltas y pequeños saltitos de felicidad en su lugar.
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𝐌𝐢 𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐜𝐚 // 𝐅𝐢𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 ✔
FanfictionCinco Hargreeves, el asesino más peligroso del continuo espacio-tiempo siempre ha tenido una meta. Detener el apocalipsis. Y finalmente después de todos los sucesos que tuvo que pasar junto a su familia, cumple esa meta por la que tanto había trabaj...