13

2.3K 188 7
                                    

[Omnisciente]

A la mañana siguiente la puerta de la habitación de Cinco se abrió de golpe dejando ver a un muy sonriente Klaus.

—¡Buenos días, hermanito!

Klaus buscó con la mirada al joven hasta dar con él.

En el suelo.

Y abrazado a esa tierna muñeca.

—¿Cinco? Cuando dije que te acostabas con ese maniquí solo bromeaba, pero ahora comienzo a creer que era cierto.

El chico aún no despertaba, sus leves ronquidos eran lo único que se escuchaba y uno que otro murmuro de su parte a la muñeca.

La abrazaba como un pirata abrazaba a su tesoro más valioso.

—Klaus, Allison no deja de preguntar por Cinco —un aburrido Ben subía las escaleras a paso de vencedor—. ¿Qué diablos pasó con... —se paró en seco al notar al chico extendido en el suelo—Él?

El de rulos pudo notar dos botellas vacías a un lado de ellos. Sonrió ampliamente al notarlo.

—Parece que alguien se divirtió anoche —señaló con la cabeza las botellas.

Ben se acercó al chico para sacudirlo levemente y despertarlo. Este solo soltaba pequeños susurros al sentir como lo intentaban despertar.

—Delores... Estás exagerando... No bebo demasiado...

—Cinco —lo sacudió un poco más—¡Cinco!

—¡CINCO! —gritó Klaus a su lado.

Al oír aquel grito repentino, abrió los ojos inmediatamente, su primer instinto fue lanzar un golpe.

Golpe que dejó tendido a Ben en el suelo.

—¡Carajo!

—¡Oye! Solo yo tengo el derecho de golpear a Benerino.

—¿Qué carajos...

Con un poco de dificultad por la luz del sol, el chico se sentó agarrando su cabeza sin soltar a la muñeca que se mantenía abrazando todavía.

Una fuerte punzada parecía que le iba a explotar el cerebro, los mareos probablemente lo harían devolver todo lo que se encontraba en su organismo y su humor por el resto del día probablemente sería más insoportable que de costumbre.

—Buenos días, estrellita.

—Klaus, ¿Qué...

—Recuérdame nunca volver a despertarte cuando tienes resaca —Ben sobaba con una mueca su dolorida mandíbula.

—Awww, no sé si es tierno o aterrador que quieras tanto a esa muñeca.

—¿Por qué están en mi habitación? ¡Largo!

—Solo veníamos a comunicarte que Allison no deja de decirnos que bajes a desayunar. Baja rápido antes de que se enoje.

—Tu amiguita también está invitada a desayunar —rió Klaus para luego recibir un zape de Ben.

Ambos se fueron dejando al chico bastante confundido de su existencia. Miraba a todos lados algo descolocado hasta parar su vista en la muñeca.

—No recuerdo un carajo... ¿Cómo terminamos así?

Dejó a la muñeca en el sillón y con algo de desequilibrio se dirigió al baño.

















Dejó a la muñeca en el sillón y con algo de desequilibrio se dirigió al baño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐌𝐢 𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐜𝐚 // 𝐅𝐢𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora