Cinco Hargreeves, el asesino más peligroso del continuo espacio-tiempo siempre ha tenido una meta.
Detener el apocalipsis.
Y finalmente después de todos los sucesos que tuvo que pasar junto a su familia, cumple esa meta por la que tanto había trabaj...
La familia Hargreeves estaba impactada por la nueva noticia que Allison y su esposo acababan de soltar.
Excepto por Ben que limpiaba su cara con una servilleta.
—Mi maravillosa esposa y yo hemos decidido renovar nuestros votos —Ray sonrió orgulloso mirando con amor a la mujer a su lado.
—Creímos que sería lo más indicado ahora que todo está de vuelta a la normalidad, no queremos desperdiciar un solo segundo.
Ambos se dieron un tierno beso que hizo a todos los demás sonreír, a excepción de Cinco que sin poder evitarlo miró de reojo a la muñeca a su lado.
—¡Felicidades! —aplaudió Sissy feliz.
—¡Que vivan los esposos! —gritó Klaus dando saltitos.
Todos rieron y fueron a felicitar a los esposos, Claire fue la primera en salir corriendo a los brazos de Ray que la cargó con una gran sonrisa.
—¿Ahora puedo llamarte papá Ray?
—Claro mi niña, como tú quieras —le dio un beso en la frente.
—Felicidades, chicos.
Todos abrazaban a la pareja con una gran felicidad, Cinco por su parte tenía la mirada perdida en aquella muñeca.
Algo lo estaba confundiendo.
—¿Cinco? ¿Estás bien? —preguntó en un susurro el rubio.
El ojiverde despertó de su trance.
—¿Qué?
—¿No irás a felicitar a Allison y a Ray?
—Ah sí... Sí...
Rato después...
—¿Cuándo será la boda? ¿Puedo ser el padrino?... ¡Mejor el DJ! —habló Klaus emocionado.
—Aún no tenemos idea, pero la boda será después de diciembre, queremos preparar todo con tiempo para que quede hermoso y memorable —informó Allison con una gran sonrisa.
—¡Será la fiesta del año! —celebró el rizado.
—Es mejor que no lo pongas en la lista de considerados para la organización de la boda —le susurró Diego a su hermana.
—A menos de que mi boda se vaya a ver como un circo está claro que no haré eso —le respondió con burla al ver a Klaus bailar de felicidad.
Cinco no escuchaba ni le importaba mucho la conversación de sus hermanos a su alrededor, tenía una maraña de pensamientos confusos corriendo por su cabeza.
—Oye... —susurró Luther.
—¿Mhm?
—¿Quieres salir a beber algo? Tal vez eso te ayude a despejar tu mente.
⟨Mierda ¿Tan obvio soy para que hasta Luther lo note?... Aunque no me vendría tan mal⟩
—¿Por qué no? —se encogió de hombros.
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