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Maratón 2/3

[Omnisciente]

Un cansado, golpeado y adolorido Cinco entró en su habitación suspirando.

Había pasado un tiempo desde que una misión no era tan fuerte como esa.

La chica al verlo no dijo nada, solo se levantó a buscar el botiquín.

Cinco decidió tomar una ducha primero mientras que ___ acomodaba su cama para que pudiera descansar cómodo.

Luego de un rato ya él estaba sentado en la cama mientras ella curaba algunas heridas que por suerte no eran más que moretones o rasguños.

—¿Por qué lo sigues haciendo? —habló ella después de un largo silencio.

—¿Cómo? —tenía su mirada perdida en la nada.

—Las misiones, ¿Por qué sigues haciendo misiones?

—Es nuestro deber salvar a las personas... —respondió como un disco trabado.

—Lo era cuando eran niños, ya no.

—No podemos dejar a la gente a la deriva.

—No es como que no lo hayan hecho antes. Me dijiste que antes de que llegaras, todos seguían haciendo sus vidas y en ellas no implicaba salvar personas... Exceptuando a Diego.

Cinco se quedó callado y pensativo, había sido una respuesta suficiente para no saber refutar nada.

Ella al notarlo se sintió un poco mal, dejó el botiquín a un lado y se acercó un poco más para tomar su mano.

—Sé que su padre los crió para eso, pero él ya no está. Y ya tienen sus vidas cada uno por su lado, es momento de retirarse.

—No lo sé...

—Deberías planteartelo, has pasado toda tu vida queriendo salvar al mundo para que al lograrlo tengas de nuevo que vivir un vida llena de estrés.

—No puedo negar que estoy algo cansado de eso.

—Se supone que debes descansar, no llegar todo el tiempo lleno de golpes y herido. Y si por tu bien mental es necesario que dejes de hacerlo, entonces déjalo.

—No es tan fácil, a veces es un instinto y una necesidad salvar a otros.

—Pero ya lo hiciste.

Por primera vez en todo ese tiempo, el ojiverde se volteó a mirarla. Al ver su gesto de preocupación sintió algo raro en su interior.

—Has salvado las vidas del mundo entero... Y encima lo hiciste dos veces...

Al ver que no respondía, lo tomó suavemente de la mejilla para hacer contacto visual.

—Has pasado tanto tiempo queriendo salvar a todos que te olvidaste de ti mismo. Y estoy segura de que tu familia en el fondo también quiere dejarlo, ellos tienen una vida y cada vez que salen a esas misiones son conscientes de que alguno puede no regresar.

«Estoy segura de que siempre están asustados de dejar a la deriva a su propia familia...

Cinco asintió levemente dándole la razón, él era consciente de eso pero al igual que sus hermanos no quería ser juzgado por ello.

Pero ahora tenía un punto de vista nuevo que no había pensado hasta ese momento.

—Ya el mundo cambió, ahora la policía es más fuerte que antes y el crimen está más controlado a comparación de cuando eran niños.

—Es una locura que diga esto, pero tienes razón...

—Solo es un consejo, pero piénsalo bien. Tienes que empezar a tomar las riendas de tu vida para que sea llena de paz y tranquilidad como siempre quisiste... Y a mi opinión no será así mientras sigas haciendo esto.

𝐌𝐢 𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐜𝐚 // 𝐅𝐢𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora