[Rayita]
—Tu sobrina es muy adorable —le dije después de un largo rato en silencio.
Él estaba de espaldas preparando un café que olía delicioso.
—Lo es, es una niña encantadora e inteligente. Algo bueno debía sacar de esta familia.
—Nunca me habían tratado con tanto cuidado desde... —hablé muy pronto quedándome pensativa, pero pude recomponerme rápido—. Bueno desde hacía tiempo.
Terminó de servir el café para luego girarse y dejar mi taza sobre la mesa, después él se sentó en la silla frente a mí.
—Tengo una pregunta —insistía en hacer contacto visual.
—¿Sí?
—Ayer me dijiste que no siempre fuiste una muñeca de porcelana, ¿A qué te referías? ¿No siempre fuiste así?
Bebí un largo sorbo de café evitando lo más posible su pesada mirada sobre mí.
—¿Yo dije eso?
—Mhm —afirmó entrecerrando sus ojos—, lo recuerdo bien.
—Que extraño, yo no recuerdo haber dicho eso.
Los nervios comenzaban a aparecer en mi estómago, y bajo su presencia todo en mí parecía reiniciarse.
Era una tonta, por no decir otra cosa, cuando los nervios se apoderaban de mí.
—Pues yo sí, ¿Te refresco la memoria? —si sus ojos tuvieran rayos láser, me habría desintegrado hace mucho.
Busqué con la mirada por toda la cocina alguna cosa que pudiera distraerlo de sus preguntas. Aunque eso no me aseguraba que no me preguntara luego, al menos debía intentar.
Pronto vi un bol sobre la encimera lleno de barras de chocolate, ya lo tenía.
—¿Esos son chocolates? —señalé el bol.
—Sí, ¿Quieres?
—Tu dulce sobrina me dijo que amaba el pastel de chocolate, ¿Qué tal si le hacemos uno?
Antes de que pudiera responderme me levanté de mi silla y me dirigí al bol.
—¿Haces esto para evitar responderme?
—Claro que no, ¿Cómo crees eso? —le sonreí amable—. Es solo que recordé eso y pensé hacerle uno como agradecimiento por cuidarme con tanto cariño ayer.
—Pero yo–
—Tú me ayudarás, serás mi asistente repostero por este día —le comuniqué mientras me colocaba un delantal.
—Estás loca, no sé hacer nada de eso.
—No te estoy pidiendo que lo hagas, te estoy diciendo que serás mi ayudante.
La forma incrédula con la que me miraba me hizo soltar una carcajada.
—Salvaste al mundo de un apocalipsis pero piensas que no puedes hacer un pastel, no te subestimes de esa forma, querido —me burlé en su cara.
—Puedo hacer lo que sea —se cruzó de brazos con la cabeza en alto.
—Perfecto, en ese caso ayúdame a engrasar un molde.
—¿Qué?
Le tendí un molde en forma de corazón que encontré en una de las repisas, le expliqué como debía hacerlo paso a paso y riendo internamente porque decía que lo trataba como un bebé.
—Puedo entender perfectamente lo que dices, sé seguir instrucciones.
—De acuerdo "Señor perfecto", haga lo que le dije.
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𝐌𝐢 𝐌𝐮𝐧̃𝐞𝐜𝐚 // 𝐅𝐢𝐯𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬 ✔
FanfictionCinco Hargreeves, el asesino más peligroso del continuo espacio-tiempo siempre ha tenido una meta. Detener el apocalipsis. Y finalmente después de todos los sucesos que tuvo que pasar junto a su familia, cumple esa meta por la que tanto había trabaj...