Cinco Hargreeves, el asesino más peligroso del continuo espacio-tiempo siempre ha tenido una meta.
Detener el apocalipsis.
Y finalmente después de todos los sucesos que tuvo que pasar junto a su familia, cumple esa meta por la que tanto había trabaj...
Habían pasado algunas semanas desde lo ocurrido. Five como había prometido, estaba buscando ayuda hasta por debajo de las piedras.
Me dijo que con apoyo de su secretario Bastián, había ido a visitar brujas, tiendas esotéricas, videntes y todo ese tipo de cosas.
Yo no solía emocionarme porque cada vez que volvía de allí se veía decepcionado y estresado. Según me había dicho, cada una le decía algo diferente y eso le daba total desconfianza.
Ahora nos encontrábamos mirando al techo mientras le contaba sobre como era él en sus vidas pasadas. Le estaba contando anécdotas para que olvidara por un rato el estrés y preocupación que eran latentes en su cara.
—Era todo un romántico —se burló al contarle como era Alix.
—Era bastante cursi, pero era normal para un chico de diecisiete años.
—Te prometía muchas cosas, no es bueno hacer tantas promesas que después no podrás cumplir.
Le di un golpecito en el pecho.
—Alix era capaz de cumplir cada una de esas promesas si estaba la posibilidad en sus manos, pero ya te dije, ¿Qué esperabas de un jovencito de diecisiete años enamorado?
Acarició mi cabello viendo cada parte de mi cara.
—No soy un romántico empedernido, pero podría ser capaz de cumplir las promesas que quieras.
—No las necesito, tenerte es suficiente.
Yo me recosté en su pecho y sentí como sus brazos me envolvieron suavemente, oir sus latidos era tan relajante.
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Tres días después...
Cinco entró en su habitación con apuro dándome un susto.
—¿Qué te pasa? Me asustaste.
—Seré breve, te tengo una sorpresa pero no tengo mucho tiempo para explicarte.
—¿Sorpresa?
—Mi madre está abajo, ella te ayudará a arreglarte. Te espero en una hora, necesito que estes aquí en mi habitación y te necesito como una muñeca —habló con rapidez mientras ojeaba su reloj.
—¿Por qué? ¿Qué está sucediendo?
—No puedo decir mucho más, solo haz lo que te digo.
Se acercó a darme un casto beso y luego se fue de su habitación a paso rápido.
A pesar de la confusión que me había dejado, hice lo que me dijo.
Poco después bajé a la sala donde su madre me esperaba con su típica sonrisa. Habían varias cosas sobre una mesa, planchas, rizadoras, maquillaje.
