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Aizawa regreso al cuarto de Izuku después de calentar la comida, sus alumnos estaban contentos porque Izuku quería comer, claro que las bromas hacia Todoroki de parte de sus compañeros no faltaron. Estaba tan contento de que por fin las cosas estuvieron mejorando, aunque fuera un poco pero mejoraban, por fin estaban viendo la luz al final del tunel.

Llego al cuarto de su hijo y entro sin tocar, no quería perturbarlo, aunque lo que vio era extraño.

Hay estaba su alumno problema sentado a la orilla de su cama viendo atentamente atravez de la ventana de su cuarto, tomarón la precaución de cerrar la ventana del balcón con llave para evitar cualquier accidente o intento del peliverde por suicidarse, pero procuraban tener las cortinas siempre abiertas para que pudiera ver hacia afuera en caso de que quisiera, cosa que nunca había hecho, hasta ahora.

Y no solo eso, ahí estaba esa mirada determina que había abandonado su rostro hace tiempo, esa que tanto lo caracterízaba, esa que simbolizaba su espiritu de lucha y sus ganas de lograr sus objetivos y planes, tenía esperanza que esa mirada fuera un buen presagio, el indicativo de que las cosas seguirían mejorando y que días buenos se avecinaban.

Aizawa: es bueno ver que te has levantado de la cama, ya esta caliente tu cena, come antes de que se vuelva a enfriar (pone la bandeja de comida sobre las piernas de Izuku y vuelve a tomar asiento en la silla del escritorio del peliverde que dejo cerca de su cama).

El peliverde comenzo a comer a una velocidad moderada, ni muy rápido ni muy despacio, se tomaba su tiempo mientras su mente trataba de poner en orden todos sus pensamientos. Su profesor se dedicaba a observarlo con una ligera sonrisa en su rotro, dirigiendo su vista de vez en cuando hacia la ventana del cuarto. Cuando terminó su comida -porque si, se terminó toda la comida-, le regreso la bandeja a su maestro y se puso a jugar con sus manos sobre sus piernas, quería decirle algo a su maestro, pero no estaba seguro si este le prestaría atención o le interesará lo que tuviera que decirle.

Aizawa noto que el peliverde quería decirle algo, pero no te atrevía, así que aprovechando eso le diría todo le que le quería decir al peliverde, talvez así su hijo se anime a platicar aunque sea un poco con él o decirle lo que quiere decirle.

Aizawa: (deja la bandeja sobre la mesita de noche y se recarga sobre el respaldo de la silla) aprovechando que estas fuera de cama y un poco accesible quería comentarte algo que espero y te haga un poco feliz (observa que logra captar la atención del pecoso cuando este levanta su cabeza y lo observa con curiosidad) tal vez te alegrará saber que desde hace unos meses dejaste de llevar el apellido Midoriya.

El pecoso abrió grande sus ojos, ya no se apellida Midoriya, ¿si entendió bien? ¿No estaba alucinando, no escucho mal? ¿Encerio ya no se apellida Midoriya? ¿Es acaso un sueño? ¿Por fin es libre? ¿Si ya no se apellida Midoriya, qué pasará con él? El que ya no tenga apellido significa que a quedado huerfano, ¿Qué será de su futuro ahora que a quedado huerfano?

Izuku: (con sus ojos empañados de lagrimás) ¿soy libre? (su maestro asintio con la cabeza) ¿ya no tendre que volver con ellos, con... Mis padres? (su maestro volvió a asentir) ¿entonces que pasará conmigo? Si ya no tendré que volver con ellos ¿me llevarán a un horfanato a un refugio, me ingresarán en alguna clínica? (Pregunta bastante asustado, más por lo último, no quería terminar recluido en una clínica como la madre de su amado Shoto, tenía la ezperanza de no estar loco todavía).

Shota entendía todas las preucupaciones que empezarón a embargar al pecoso, si no fuera porque las cosas se pudieron resolver efectivamente su futuro sería muy incierto, pero eso él no lo sabía, así que era de esperarse que estuviera muy preocupado por su futuro. Debía que tener mucho cuidado al explicarle los hechos, para no recordarle nada de lo ocurrido en su estadía en el hospital, nada que pudiera recordarle a ese maldito hombre que trato abusar de él una última vez.

Aizawa: (sin dejar de sonreírle al pecoso para tratar de transmitirle confianza) no debes preocuparte por nada Izuku, mientras estabas en el hospital logramos descubrir el abuso de tus padres hacia ti, principalmente de parte de tu padre, por lo que con la ayuda de la escuela, inmediatamente se levanto una demanda en contra de ellos por violencia intrafamiliar y negligencia infantil. Se pudieron hayar pruebas y testimonios gracias a tus vecinos, tu padre fue encontrado cumplable, fue sentenciado a 20 años sin posibilidad de libertad condicional y a tu madre se le realizo una evaluación psicológica donde se dictamino que no era apta para cuidar de ti, se le quito tu custodia además se le condeno a 5 años de carcel por complicidad.

No podía creerlo, de verdad ya no tendría que volver con sus padres nunca más, ambos estaban en la carcel, aunque su madre saldría mucho antes que su padre, ella ya no cuidaría de él, pero entonces, ¿dónde se quedaría? ¿Dónde viviría?

Izuku: (con lagrimás en los ojos) pero entonces ¿qué pasará conmigo? ¿Me dejarán en un horfanato, en un manicomio? ¿Creen que ya estoy loco y por eso me encerrarán en un manicomio? (Con cada pregunta que llegaba a su cabeza más desesperado se sentía y se le quebraba la voz?

Aizawa: no tienes que preocuparte por nada Izuku, la escuela y yo nos hicimos cargo de todo, Mientras te recuperabas, se le demostro al gobierno que no estabas loco y por lo tanto que no era necesario ingresarte en ningun hospital psiquiatrico y como estabas internado no podían llevarte a ninguna casa hogar, así que sin perder tiempo se realizo una solicitud de adopción y fue aprovada.

Izuku: (sorprendido) ¿encerio? ¿quién me adopto? (Mira hacia la ventana deprimido) ¿Quién quería cuidar de alguien como yo?

Aizawa: yo... Hijo (Izuku voltea rápidamente a su profesor sumamente sorprendido y ve como este le sonríe calidamente) Desde hace 2 meses eres oficialmente Izuku Aizawa, yo cuidare de ti, ya no tendrás que preocuparte por nada y nadie te volverá a hacer daño, más adelante te ire informando de otras cosas y respondiendo las demás dudas que tengas, creo que por hoy ya fue mucha información.

Lo que paso después no pudo haberlo predicho, fue sorprendente. Su ahora hijo lo veía sorprendido, muy sorprendido y con sus ojitos llorosos. De un momento a otro se lanzó hacia él pero por no tener fuerza en sus piernas callo de rodillas, pero eso pareció importarle poco al pecoso ya que recargo su cabeza en su regazo y abrazo fuertemente sus piernas, como si su vida dependiera de ello, lo cual para el peliverde no era del todo mentira.

Lloro fuertemente, solto un llanto desgarrador, un llanto que detonaba tristeza, frustación, confusión pero sobre todo alegría y alivio. Solo se limito a acariciar dulcemente la cabellera verde de su hijo, dejando que llorara hasta que ya no pudiera más, que liberará todo aquello que lo agobiaba y que lo carcomia por dentro, todo aquello que no lo dejaba dormir tranquilo. Tan fuerte fue el llanto de su hijo que sus compañeros llegaron al cuarto del pecoso preocupados. Debió de asustarlos el fuerte llanto del peliverde, seguro pensaron que algo grave le había pasado o había tenido otro ataque.

Veía la confusión en sus rostros, solo hizo una señal de silencio, ya les explicaría más tarde lo sucedido.

Al pasar los minutos, de tanto llorar su hijo calló rendido por el cansancio, así que lo cargo, lo acosto en su cama, lo arropo y dejo un beso en su frente deseándole dulces sueños. Después mando a todos sus alumnos a dormir prometiendoles contarles todo al día siguiente, el también se dispuso a irse a su cuarto para poder dormir, había sido un día pesado.

Pero apesar de eso, fue maravilloso.

Continuara...

Querido Diario (El diario de Izuku Midoriya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora