Al día siguiente se despertó más temprano de lo normal, quería preparar el desayuno para su ángel pecoso, el día de ayer su lindo chico se comió toda la comida que le llevó, tiene la esperanza de que se coma toda la comida que él le prepare, así poco a poco iría recuperando su peso y su fuerza, daría su mayor esfuerzo para ayudarlo a recuperarse, para que su vida vuelva a ser lo que solía ser, el se encargaría de eso.
No contaba con muchas habilidades culinarias, así que por el momento haría algo simple, pero se aseguraría de pedirle a Sato que le enseñase todo lo que necesite saber para cocinar. El omelette que le estaba preparando era bastante simple, lo complementaría con un poco de fruta picada y un vaso de leche, un desayuno sensillo pero nutritivo.
Mientras terminaba de colocar todo en una charola, sus compañeros empezarón a bajar para prepararse sus propios desayunos, dejandolos sorprendidos al verlo ahí, ya que no era normal que se despertarse tan temprano, por lo general era de los ultimos en levantarse porque no era de las personas a las que les apetecía desayunar, lo hacia más que nada por obligación.
Momo: vaya Todoroki, buen día, no es usual verte levantado tan temprano, ¿desayunarás en tu cuarto? (Preguntó confundida por el desayuno en una charola)
Shoto: buen día, este desayuno no es para mi, es para Izuku, así que compermiso, se lo voy a llevar (tomo la bandeja y camino hacia el elevador).
Los alumnos de la clase A que estaban ahí quedaron conmovidos al ver la muestra de amor que su compañero expresaba para con su otro compañero, esperaban que ese amor diera fruto en el futuro, ambos merecían ser felices, ya habían sufrido mucho.
Entro al cuarto del pecoso sin tocar, ya que suponía que aún estaba dormido, y no se equivoco, era muy temprano como para que estuviera despierto, y aunque en la mayoría de los días solía estar despierto incluso desde más temprano debido a las pesadillas, el supuso que estaría aprovechando ese valioso sueño obtenido debido a la ausencia de sus pesadillas.
Le pesaba mucho el tener que levantarlo, pero tenía que desayunar temprano, ya que tenía la esperanza de que le diera hambre más tarde. Antes de irse, le dejaría una pequeña merienda preparada en caso de que le diera hambre, con la esperanza de que por fin saliera de su cuarto y estirará un poco las piernas.
Shoto: (acariciando suavemente su cabello) buen día Izuku, debes despertar, tienes que desayunar, después puedes seguir durmiendo.
Al cabo de unos minutos, el pecoso fue despertando al sentir las suaves caricias sobre su cabeza y al escuchar la suave voz de su amado llamándolo. Era tan pacifíca y gratificante, su corazón se sintió calido, volteó a ver a su amado y con tan solo mirar sus ojos, su día comenzó de la mejor manera. Su querido Shoto se había tomado las molestias de traerle el desayuno, no podía estar más agradecido de lo que ya lo estaba.
Se levanto lentamente de la cama, sentía su cuerpo pesado pero a pesar de eso se sentía renovado, hacía mucho que no dormía una noche completa, era la primera vez que lo levantaban y no que él se levantará, durmió como lo había hecho antes de cenar el día anterior y quería llorar de la felicidad, rogaba que de ahora en adelante sus noches fueran así, poder dormir por fin de nuevo con normalidad.
Shoto: te hice el desayuno, es algo sencillo ya que no soy muy bueno cocinando, espero que te guste (sonríe).
Izuku abrió sus ojos sorprendidos, su hermoso Shoto no solo se tomo las molestias de traerle el desayuno, sino que el desayuno que trajo lo había preparado el mismo. Se veía delisioso, seguro que lo estaba, quería agarrar la cuchara y empezar a comerlo, pero el terror de ser inútil y dejar caer la comida en la bandeja lo invadió y sus manos empezarón a temblar, quería tomar la bandeja que Shoto le extendía para que la tomara, pero le aterraba que la bandeja se le resvalará y cayera al piso y por lo tanto su amado Shoto se enojará con él y ya no quisiera dirigirle la palabra, nisiquiera la mirada.
Shoto al notar esto, dejo la bandeja en la mesita de noche, tomo la silla del escritorio, se sentó frente a Izuku -guardando la distancia claro esta-, tomo la bandeja y la puso sobre sus piernas, todo bajo la atenta mirada de su lindo pecoso, que lo observaba con suma atención y curiosidad, seguro se estaba preguntando el por qué no se ha ido de la habitación. Pero no se iría hasta que su dulce ángel desayunara.
Así que tomo el plato con omelette, tomo un poco con la cuchara y lo dirigió a la boca de Izuku, él entendía que Izuku tuviera miedo de tirar la bandeja y que por lo tanto se enojará con él, sus manos estaban debiles debido a la poca -o nula- actividad física realizada y al estar acostado la mayor parte del día, apenas tenía fuerzas para sostener la cuchara, y eso entre temblores, fue muy desconsiderado de su parte el extenderle la bandeja pretendiendo que la tomara, si apenas tenía fuerzas en sus manos, era más que obvio que en los brazos tampoco tenía mucha que digamos.
Vio como a su hermoso pecoso se le cristalizaban los ojos al ver sus acciones, seguro no estaba nada acostumbrado a este tipo de trato, pero él se encargaría de mimarle y hacerle sentir querido, así que dejando la cuchara nuevamente en el plato, tomo una toalla de una caja de toallitas que estaba en su mesita de noche y procedio a limpiar las lágrimas que ya escurían por las mejillas de su ángel con mucha delicadeza, como si fuera de cristal, un cristal que en cualquier momento puede romperse, y de cierta forma así era.
Shoto: (limpiando delicadamente el rostro de Izuku) no tienes porque llorar ni estar triste, ya nunca más estarás solo, nadie te volverá a tratar mal ni te lastimará, yo me encargare de eso, te cuidare fervientemente hasta que te recuperes por completo y vuelvas a vivir con normalidad, porque yo se que lo lograrás, me asegurare de mimarte, de hacerte sentir amado y de darte todo el amor que te merecías y que se te ha negado por tanto tiempo.
Izuku rompio en llanto ante las bellas palabras de su amado, a pesar de estar roto él lo quería y se lo estaba demostrando, no lo abandono a pesar de todo, y entre lágrimas comió el desayuno que su querido Shoto le daba.
Era el desayuno más delisioso que había comido en mucho tiempo.
De tanto llorar le volvió a dar sueño, así que su dulce Shoto lo acosto y lo arropo, dejandole dicho que había dejado más comida en la cocina en caso de que más tarde que se levantará le diera hambre, con eso dicho y un cariñoso beso en su frente, quedo dormido nuevamente.
A eso de la tarde, la clase A junto a la clase B, volvían a sus dormitorios, pasarían un rato juntos en la sala común de la clase A, debido a que no podían dejar al pecoso mucho tiempo solo, y aunque la enfermera que contrato el profesor Aizawa estaba ahí para cuidarlo, preferían estar la mayor parte del tiempo posible presentes para cuidarlo y protegerlo, no podían confiar en nadie.
Aunque no esperaban encontrase al pecoso en el comedor de la sala común junto a la enfermera comiendo la comida que Shoto le dejo tapada en una bandeja durante la mañana en caso de que le diera hambre al medio día.
Continuara...
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Querido Diario (El diario de Izuku Midoriya)
De TodoEs bonito tener un diario, se convierte en tu santuario donde puedes desahogar todo lo que te agobia. Puedes decir todo lo que se sientes y todo lo que piensas hasta tus más profundos secretos. ¿Qué podría pasar si ese santuario cae en unas manos qu...