El aire aviva el fuego.

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—Vi-una-nave-y-luego-seguimos- el-rastro-de-una-hembra

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—Vi-una-nave-y-luego-seguimos- el-rastro-de-una-hembra...

Parpadeo varias veces tratando de seguir a Sasuke que está saltando sobre sus propios pies mientras me habla.
Es como ver a mí hermano pequeño cuando era apenas un niño. Siempre exaltado en busca de aventuras.

—Detente, respira.— ordenó. Sasuke resopla.

—¡Tenemos que ir con los demás! ¡Está herida y fue hacia la cueva de Genma!

—¡Sasuke! ¡Detente!— Estalló.

Mí hermanito suspira y empieza a explicar lentamente todo de nuevo.

— Yo estaba fuera, dando un paseo. Y vi la nave. Entonces busque a Itachi y Obito, seguimos el rastro pensando que era un nuevo prisionero.

—¿Lo encontraron?

—Es que Obito dice que es una hembra. Y cuando olimos su sangre, bueno...— su rostro se pone rojo.

—¿Están seguros?— cuestionó. No puedo creer que los malditos guardias dejarán una hembra en nuestro sector.

Miró hacia la entrada de la cueva, y agudizó mis sentidos, por si alguno de los otros hombres está cerca y escucha lo que Sasuke, me está diciendo.
Nadie. Suspiro más relajado. Saben que no me gusta que me molesten mientras entreno.

—Obito, dijo que debía venir por ti. Vamos. —Me insiste.

Me sacudo el estupor.

—¡¿Cómo diablos dejaron una hembra en el sector de los hombres?!

— ¿Y yo que diablos sé? Pero debemos ayudarla.— El ceño fruncido y la impaciencia de Sasuke, me obligan a poner en marcha.

—¿Qué se supone que hagamos con ella? No podemos traerla al campamento. Tendríamos que protegerla todo el maldito tiempo.— Gruñó. Quiero hacer mí propio berrinche sobre todo lo que se nos viene. Las cosas solo empeoran a diario en este maldito lugar.

—Bueno. Tampoco podemos dejarla a su suerte. Sabes lo que va a pasarle si el grupo de Genma la descubre. — Sasuke chasquea la lengua con disgusto.

—¡Joderrrr! ¡MALDITA MIERDA!— Pateo una roca y se estrella conta la pared de la cueva.

—Si. Lo sé, es una mierda, pero no vamos a darle la espalda. — afirma Sasuke. 
Miró a mí pequeño hermano, es todo un hombre. El orgullo y la frustración chocan en mí interior. Ha madurado tanto desde que nos atraparon y terminamos aquí. Ya no es ese joven desgarbado. Pasa mucho tiempo entrenando conmigo.

Levantó una mochila y pongo algunos suministros.
Sasuke me detiene antes de que abandone la cueva.

—No podemos, hay que esperar que estén durmiendo.

Niego.
—Vamos. Dejaré a Kankuro a cargo.

—¿Y qué se supone que vas a decirles a los demás?

"Planeta Rojo"- Saku-Haren 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora