Perseguida

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La temperatura desciende unos grados apenas, pero alcanza para que recupere la conciencia

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La temperatura desciende unos grados apenas, pero alcanza para que recupere la conciencia.
Me siento tan débil.
Sentada contra una roca lo suficientemente grande como para ofrecer algo de sombra, bebo lo último que tengo de agua.

Olfateó y busco más agua. Mis sentidos me llevan hacía el norte.

Hay una pequeña montaña debe haber agua bajo las rocas, veo una enorme boca de cueva.
Debería entrar y buscar refugio.

La tierra vibra bajo mis pies y antes de que pueda reaccionar, un enorme monstruo sale de la cueva, arrastrándose como un gusano gigante. Sus escamas son azules y verdes, es tan largo que debe tener al menos seis metros y es enorme. Por lo menos un metro más alto que yo. No es que se necesite mucho para superar mí escaso metro sesenta.

—¡Puta madre!— siseo y me pegó a la roca, tratando de no ser notada por el monstruo.
Entonces los escucho.
Son voces de hombres.

¡Diablos! No puedo dejar que los prisioneros me vean.

Por primera vez doy gracias a los dioses por mis tetas pequeñas. Me escabulló entre las rocas que rodean la montaña y están junto a la entrada, son altas, grandes y me permiten esconderme mientras observó.
Pasan seis tipos persiguiendo  la extraña criatura. Son todos grandes y no tengo dudas de que son peligrosos, después de todo, este es un maldito planeta prisión. 
Llevan unas lanzas extrañas. Parecen colmillos.

¡Son colmillos! ¡Mierda! Miden al menos un metro y medio.
Cuando el monstruo hace un giro y trata de comerse a un tipo que estoy segura es del planeta Akatsuki, por las púas que tiene en su rostro y brazos, veo los colmillos de la bestia y tengo una clara idea de dónde salieron las lanzas que usan los hombres.

Me hago aún más pequeña entre las rocas. Esperando que nadie miré hacia aquí y descubra mí rosada cabellera.
Por suerte están muy ocupados cazando a la criatura.

Se alejan bastante de la entrada de la cueva, y aunque estoy tentada de entrar a ver qué puedo encontrar, no me atrevo. Quizá hay más hombres dentro, por lo que descartó la idea al instante.

Sigo caminando hacia atrás, entre las rocas que bordean la montaña y tropiezo, el suelo bajo mis pies comienza a abrirse y las rocas se deslizan. Contengo un gritó, para no alertar a nadie de mí presencia, mientras caigo en una cueva pequeña, más rocas se desprenden desde arriba sobre mí y sobre el hueco por dónde entre.
Veo con horror como la salida se cubre, dejándome atrapada.
Miró al rededor, adaptando mis ojos a la nueva oscuridad y solo hay un pequeño hueco. Tendré que buscar una salida. Es un maldito laberinto de rocas.
Los gruñidos se filtran a través de la piedra, y sé que los hombres siguen luchando con ese monstruo, estoy segura que están sobre mí. Me preocupa que la tierra se abra nuevamente y caigan encima mío, aplastandome. Sería una terrible y penosa forma de morir.
Tengo que salir de aquí, sin dudar ni un segundo, me arriesgo con el hueco.

Estoy atrapada, pero estoy segura. El calor no es tan sofocante bajo las rocas, el pequeño hueco es un largo y empinado túnel que me lleva hacía lo profundo del planeta, el olor del agua se hace mas fuerte y me apresuró.
Es tan pequeño que apenas entró arrastrándome. Estoy yendo hacia abajo y llegando al final, cuando quiero detenerme, la tierra tiembla y me deslizó hacia adelante el último tramo.

Caigo en un pozo de agua.
¡Gracias a los seres superiores!  Emerjo agitada, escupiendo agua. Miró hacia arriba y veo que el pequeño túnel por el que venía esta unos dos metros sobre mí cabeza.

—¡Maldita sea!— Me encuentro en una nueva cueva, un poco más espaciosa, aunque mucho más profunda. No veo más salida que la que me trajo aquí. A menos que desarrolle alas o aprenda a dominar la gravedad y flote hasta el techo, no hay forma de escapar.
Por suerte dónde hay agua hay vegetacion y peces. Al menos no moriré de hambre. Creo...

Estoy muy cansada. Me dejó caer junto a la orilla, la piedra es cálida.
Estoy sola, no veo peces en el agua, solo unas algas que brillan y proporcionan luz a toda la cueva.
Abro la mochila y saco todos mis insumos.
La manta está húmeda, la extiendo a mí lado para que se seque.
El aire es fresco aquí abajo, siento una pequeña corriente entre las piedras. Mientras mís cosas se secan, hago una inspección del lugar.

No tardó mucho en descubrir las ranuras por dónde se filtra aire.
Apenas cave un dedo. Mis oídos súper desarrollados me traen sonidos de voces.
Al otro lado de mí cueva hay hombres.
Siento sus gruñidos.

Me alejo de la roca y regreso a la orilla del pozo de agua.
Solo quiero dormir.
Me meto media barra de alimento en la boca, bebo un poco de agua y me recuesto mirando el agujero por el que caí. Tengo raspones por todo el cuerpo y me duelen las heridas en mis muñecas, dónde los mercenarios me tenían atada. Por suerte ya no estoy sangrando.

Me quitó la ropa y la extiendo en el cálido suelo. Con suerte todo este seco para cuando despierte. Por primera vez desde que me dejaron aquí, sonrió. Es momento de juntar mí mierda y empezar a trabajar para salir de este planeta. Con esa idea en la mente, el sueño me reclama.

No sé cuánto tiempo pasa. Pero los golpes y ruidos de los s hombres al otro lado, me despiertan.

Las grietas vibran y toda la curva se estremece.
¡Hijos de puta! Creo que me descubrieron.



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Capítulo corto, pero no desesperen, mañana ya tienen otro.
Gracias por seguir acá. Gracias por seguir apoyando la historia.

Besitos Húmedos y Vómito de Unicornios 💕

👑Reina Arcoiris🌈

"Planeta Rojo"- Saku-Haren 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora