El planeta rojo, la cárcel por elección para los bandidos de la galaxia, no será mí destino final.
Nadie sale y nadie sobrevive por mucho tiempo... En teoría.
Arrojada, por error, en el sector de los hombres, creo que mis horas están contadas.
Pu...
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Solo cuatro periodos han pasado y debo decir que acostumbrarse al calor no es una opción, quiero salir de este sitio con urgencia.
-Mantente hidratada.- ordena Itachi. Lo veo de pie en la entrada de la cueva, con su torso desnudo y unos pantalones tipo cargo que le caen por la cadera, incluso están a medio cerrar.- Iré a tomar un baño.- Tomo la botella que me acerca y veo que ya arrojo una pastilla purificadora dentro, las burbujas me hacen cosquillas en la nariz cuando me la acerco a los labios. Su vista está fija en cada uno de mis movimientos, bebo y trago deliberadamente lento, el sigue hipnotizado cada acción.
-Necesitamos ese código.- Sasuke se acerca hablando a nuestras espaldas y rompe el hechizo. Itachi sacude la cabeza como si volviera a pensar con claridad.
-Baño- le recuerdo. Me sonríe y tengo que apretar los muslos con disimulo.
-Tiene razón, si algo te sucediera, ¿cómo podríamos salir de acá?, ¿cómo podríamos ayudar a los demás?- Dice adoptando una seriedad que lo hace ver incluso más sexy, mis ojos se desvian a la maldita "v" debajo de su ombligo. Sasuke carraspea. Recupero el sentido y asiento lentamente. Mis mejillas deben estar muy rojas. Porque ambos tienen esa mirada de autosuficiencia.
Los ignoró. Sin embargo, tienen razón respecto al código y más allá de que es mí única ventaja, ellos no parecen ser agresivos ni peligrosos. Quizá lo sean, con las personas que lo merecen. No voy a andar juzgando. Y definitivamente, debo dejar de divagar.
-"0...3...1...0...2...0...0...2".
Ambos se quedan mirando estupefactos.
-Joder, tengo que memorizarlo.- gruñe Sasuke.
Veo como ambos lo repiten. Luego el menor toma una lanza y lo talla en la piedra al fondo de la cueva.
Bueno si nadie sabe que son esos números, supongo que no hay riesgo. Tampoco es como si la mayoría de los que están atrapados en este infierno tuvieran amplios conocimientos técnicos. Supongo que algunos pueden pilotear y otros puede manejar una base de conexión.
Me adapto bastante rápido a la presencia de ambos hermanos. Son atentos, algo coquetos, Sasuke es apenas un poco mayor que yo. Tenemos bastantes gustos en común. No deja de sorprenderme lo rápido que es. Hace varios viajes a la cueva base donde están sus otros hermanos, durante cada periodo. Itachi es estupendo cocinero, y sus dones sanadores me han servido mucho estos días.
Trabajar con este calor es insoportable. Para cuando los soles bajan un poco, Sasuke se acerca con un cuenco de algo cocinado por su hermano. Se detiene a mí lado y se pone de cuclillas mientras mira mis pequeñas herramientas.
-La mayoría de esas piezas son ilegales.- Se ríe. He descubierto que me gusta mucho ese sonido. Disimulo el sonrojo que estoy segura que tengo mirando hacía otro lado.
