Manos a la obra.

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El aire fresco se filtra por mí piel y siento que recupero vitalidad y fuerza

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El aire fresco se filtra por mí piel y siento que recupero vitalidad y fuerza.
A pesar de que no tengo problemas con el calor, el calor en exceso puede ser muy dañino. Al principio estoy desorientada, no sé cuánto estuve fuera, me siento como si hubiera descansado por siempre. Escucho los murmullos de dos hombres a poca distancia, reconozco las voces, son los tipos que me sacaron de la cueva anterior.
El bonito, Sasuke y el que curó mis heridas, Itachi.
Apenas abro mis ojos, no quiero que sepan que estoy despierta, mantengo mis respiración constante y calmada. Está oscuro pero gratamente fresco. Es una nueva cueva, el aire es más limpió y hay pieles debajo de mí cuerpo. Alguien, seguro uno de ellos, armó una cómoda cama para mí. Alejo los pensamientos de mí mente. No sé si puedo confiar en ellos aún.
Agudizó mi oído, para saber lo que están diciendo.

—Sus tetas se veían pequeñas.— Esa es la voz de Sasuke. Me choca su comentario y de inmediato pienso que es un idiota.

—Y su cabello también es extraño.— Dice el otro hermano.

¡Pero que desgraciados! Puede que ellos se vean ardientes, pero no les da derecho a criticarme.
¡Malditos bastardos!

Decido guardarme lo que escuche. Esos estúpidos comentarios no van a arruinar mí día. Suponiendo que sea de día. El tiempo es extraño en este planeta y la cueva es muy oscura.

—Tenia un buen trasero. Ya sabes, de esos para palmearlo y darle bien duro.

Risitas acompañan la interesante declaración.
¡Uhhhgg! ¡Hombres! No importa su raza, son todos iguales.

Resopló antes de ponerme de pie. Ni siquiera me detengo a pensar cuál de los dos idiotas hizo ese comentario.

Estoy segura que el ruido los alertó. No tardan demasiado en aparecer frente a mí.

—¿Estás bien?— miró a "tetas pequeñas" con el ceño fruncido mientras se mueve sobre sus pies como si viviera constantemente ansioso.

El señor, "buen trasero" se aclara la garganta antes de decir.
— ¿Cómo estás? Perdiste un poco el conocimiento, creo que fue por el calor. Suena todo serio, cuando hace segundos quería azotarme el trasero bien duro. Hipócrita.

—Estoy bien. Necesito ponerme a trabajar para salir de este infierno.— Gruñó.

Pasó entre ellos, golpeando sus hombros sin delicadeza.
El más joven gime y se queja.
El otro se ríe.

>>¿Dónde está el resto de los idiotas?— cuestionó.
Ambos me miran sorprendidos.

—Si te refieres a mis hermanos, regresaron al campamento base.— responde el menor, divertido.

Chasqueo la lengua y me acomodó la ropa. Por alguna razón, llevo desprendida la parte superior. La pequeña camiseta térmica se pega a mí cuerpo, dejando muy poco a la imaginación.

"Planeta Rojo"- Saku-Haren 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora