Mantener el control.

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Estábamos en la cueva de nuevo, el calor del planeta era tan sofocante como lo recordaba

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Estábamos en la cueva de nuevo, el calor del planeta era tan sofocante como lo recordaba. A pesar de ser seres de fuego, Favila tenía otro tipo de calor.

Íbamos a despedirnos de este sitio a lo grande. Compartiendo a nuestra compañera, como aquella vez.

La vi sonreír y moverse lento hacía la parte trasera de la cueva. Una emoción juguetona me llegaba de ella, y me sorprendió poder captar los matices de entusiasmo en todos, incluso mis hermanos, era muy fuerte. No eran las emociones normales, las sentía y casi podía moldearlas.

Ella reía, contagiando su felicidad.
Tratamos de alcanzarla, pero un muro invisible nos rodeo.
Eran su nueva especialidad, además de ponerme a flotar cuando le hartaba su escasa paciencia.

Dejó un camino de ropa mientras corría al fondo de la cueva, dónde nos esperaba una pequeña piscina natural.

—Voy a dejar tu trasero en llamas nena. — gruñí. El muro era muy fuerte. 

—No creo que sea consciente de lo que está provocando.—
Mí hermano Itachi se lamió los labios, su deseo me llegó en oleadas.

— Ella está jugando con fuego.— Sasuke inspiro y sentí que su concentración cambiaba. Incluso pude sentir como se expandía y absorbía el muro de energía creado por SaKu.

—No. Ella está avivando las brazas.— Madara nos sonrió a todos antes de avanzar hacía el fondo de la cueva.

—¿Cómo hiciste eso?— dije a Sasu que estaba sonriendo lleno de energía.

—No lo sé, pero fue genial. ¿No?— asentí. Estaba experimentando su propia emoción como si fuera la mía.

Una vez en el agua, los chicos rodearon a Saku mientras el placer subía.

Tanto Mad como Sasu se alarmaron, su deseo cambio a preocupación. Incluso de Saku recibía algo de incomodidad y temor.

No fue hasta que la saqué del agua que note su enorme estómago. No estaba así hace un rato.  Estoy seguro.

—¿¡Qué demonios!?— solté alarmado. La preocupación de todos se hacia eco en mí propia voz.

Itachi le cuestionó sobre su vientre, pero solo recibí frustración de parte de Saku.
Estaba molesta.

Decidí que era mejor ocuparme de que este calmada y feliz.
La devore hasta que se estaba retorciendo y gimiendo entusiasmada.
Pude manipular su miedo y enfocar todo en el placer.

Los miedos de mis hermanos me llegaban de manera intensa.

Tenía que calmarlos. Tenía que enfocarlos para que no pusieran a Saku más nerviosa.

Revise los latidos del bebé y eran normales, sabía que no corría ningún peligro. SaKu estaba agitada, pero era normal ya que había alcanzado el clímax y estaba a punto de hacerlo de nuevo.

Susurré a Sasu lo que sabía. Eso logro calmar un poco a mí hermano menor.

Espere a que Itachi se retire para ocupar su lugar. Y escuche como admitía ser responsable de alguna forma por lo que pasaba. Los dones de todos estaban cambiando.
Mis hermanos empezaban a entrar en pánico.
Mire a Mad que se ponía pálido.

Debía mantener el control.
Por SaKu y por nuestro bebé.

Manipule los sentimientos de Sasu, su temor, por deseo. Se movió dubitativo hacía nuestra compañera.
Sentia resistencia, no me pasaba lo mismo con Itachi y Madara. Ambos habían aceptado que los calme sin saber.

—Tambien me asuste cuando me desnude y vi lo grande que estaba.— reconoció  Saku, jadeando mientras saltaba sobre Sasuke.

—Todo está bien cariño, ya lo comprobé.— dijo Ita,

Ella saltó sobre mí pobre hermanito con fuerza.

—Oh, cielos.— gimió Sasu. Sentí su placer y casi me corro con ellos.

—No vamos a dejar que nada les pase. A ninguno. No tienes de que preocuparte.— Mad le sonrió y acaricio su cabello.

Ella se ensaño con Sasu, saltó mas duro y él solto otro gemido de placer.

—Damelo nene, lo quiero todo.—  ordenó, podía sentirla ansiosa, pero lo que me impactó, fue sentir a nuestro bebé.
Estaba listo para salir.

Supe el instante en que la bolsa se rompió, fue con el clímax de ambos. La combinación de placer y energia.

—Eso es mucho líquido para ser solo su orgasmo.— solté.

Ambos estaban sin fuerzas, pero el panico de Sasu se levantó como un muro sobre sus demás sentidos.

Entonces sentí el dolor de la primera contracción. Su útero se agitó, y el bebé pateo mientras se acomodaba para salir.

Deje que mis sentidos se extiendan, cubriendo a todos.

Solo Sasu se resistía. Su pánico más fuerte que nada.
Me miró, lleno de temor.
—Deja de bloquearme, estoy tratando de hacer que te relajes un poco.— gruñí.

—¿Más sorpresas?—Jadeo.

—Mientras pueda mantener el orden y que el caos no reine en nuestra pequeña cueva.

Tuvimos un intercambio de miradas que decían más que las palabras.

Fue duro, pero mantuve a todos calmados, alivie los dolores de Saku, que por alguna razón sentia como propios.

Cuando el bebé nació, descubrirnos que no era un varón como suponíamos.
Tenia la piel rosa de Saku, nuestro cabello oscuro y los ojos negros ardiendo intensamente mientras miraba a todos desde los brazos de Mad.

—Es hermosa.— dijo Sasu. Luego beso a Saku que estaba exhausta desplomada sobre su cuerpo.

La pequeña chilló asustada, sus emociones me golpearon, asombro, temor, hambre, sueño. La tomé en mis brazos, y use mí nuevo don para moldear esos sentimientos.

"Todo está bien nena, estas con tus papis, con tu familia. Te amamos preciosa, no voy a dejar que nada te dañe jamas. Todo está bien pequeña."
Dejó de chillar y se relajo con mí voz en su cabeza.

—Damela. No empieces a acapararla.— reclamo Sasu.

No quería desprenderme de ella. Ya sabía que sería un problema, con cuatro de nosotros y solo una bebé.
Y eso que no estaba contando a nuestra compañera.
Sin dudas nuestra niña pasaría de un brazo al otro todo el tiempo.

—Debería haber nacido en varios lapsos más. No sé que sucedió.— admitió Saku un poco más tranquila. Ya no estaba usando mí don para calmarla.

Sasu le dio a la bebé y ella beso su frente con tanto amor que sentí las rodillas flojas.

—Debemos regresar a la nave, y llevarlas a casa. Creo que finalmente este planeta nos da algo bueno. — Madara estaba muy emocionado. Me permití disfrutar sus emociones.

—¡Oye! Este planeta ya les dio lo mejor de todo, o sea yo.— reclamó nuestras compañera.

—Coincido con nuestra mujer. — dijo Ita. La reviso y salió fuera. Mí súper oído me permitió saber que estaba contactando a Minato.

Tambien quería que salgamos de aquí y lleguemos pronto a Favila. Una vida nueva llena de amor y emociones nos esperaba en casa.

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Cada capítulo va mostrando como vivió el nacimiento cada hermano. Espero que lo disfrutarán. Es un trabajo intenso contarlo todo desde diferentes lugares y con diferentes voces. Las situaciones se repiten, pero cada uno de ellos lo vive distinto. Eso es lo hermoso.

Gracias por el apoyo.
Besitos húmedos espaciales, y mucho vómito de Unicornios. 💕

👑🌈

"Planeta Rojo"- Saku-Haren 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora