Volver al infierno

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—¡Se la tragó! ¡La maldita nave se trago a nuestra compañera!

Obito empezó a dar golpes contra el extraño material que componía la aún más extraña nave.

Madara lanzó un ataque inútil, al igual que Sasuke que se estrelló sin resultados.

Sabía que tenía que ser la voz de la razón cuando se ponían así.

—Tranquilos, ella debe estar dentro. La mujer dijo que la nave respondería a Saku.

Los tres gruñeron sus maldiciones contra el universo, contra los ocens incluso contra mí.
Sonreí, mis hermanos eran todo un caso perdido.
Aunque el miedo a que algo les suceda a Saku o a nuestro bebé, era fuerte, mí instinto me decía que esté preparado, pero no alterado.

—FORMAS DE VIDA INTELIGENTE. LA VINCULACIÓN AUN NO ACABA. COMPAÑERA DICE: "Estoy bien"

La voz de Saku se reprodujo en bucle una y otra vez. Observamos la nave con curiosidad.

—Diablos, los Ocen tienen juguetes muy extraños.
Calculé el tiempo y no alcanzo un período, a pesar de que están casi llegando a Solium.— Gruñó Minato.

—El diseño y los materiales son completamente diferentes de cualquier nave que vi en mí vida.— Dijo Madara.

Aguardamos por lo que se sintió como una eternidad, y de pronto una abertura se abrió frente a nosotros. Mad saltó listo para rescatar a Saku de las garras de la nave, le seguí, preparado para atenderla en caso de estar herida.
Mis hermanos subieron deprisa atrás nuestro.

El lugar era minúsculo, y parecía transparente, mientras que desde afuera no se veía nada, una vez dentro, parecía que estabas dentro de una nave de cristal.
Saku tenía su rostro cansado, pero nos dirigió una mirada de amor profundo.

Luego nos ubicamos en los asientos detrás de dónde ella estaba claramente al mando.
Su mano, fusionada con la consola de la nave y sus ojos moviéndose rápidamente mientras soltaba comandos y coordenadas.

El viaje fue intenso. Me dejó tranquilo saber que un escudo protegía al bebé.
Mis intestinos estaban amontonados entre mis costillas. La velocidad era impresionante, aún así, la nave se encargo de mantener la revuelta intestinal bajo control. Las estrellas eran líneas que desaparecían sobre el infinito negro del universo.
Por momentos mis pulmones parecían a punto de colapsar.

Observe a Saku y ella parecía inmersa en la nave. Cómo si su cuerpo y mente estuvieran fusionados de alguna manera. Estaba aquí, pero no lo estaba del todo.

No paso mucho tiempo hasta que sentí el jadeo de Sasuke a mí lado.

—Mierda, ¿ven eso?

Seguí su dedo índice, señalando al frente el Planeta Rojo.

"Planeta Rojo"- Saku-Haren 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora