El planeta rojo, la cárcel por elección para los bandidos de la galaxia, no será mí destino final.
Nadie sale y nadie sobrevive por mucho tiempo... En teoría.
Arrojada, por error, en el sector de los hombres, creo que mis horas están contadas.
Pu...
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Recuperarse después de las maratones de sexo que teníamos con Sakura y mis hermanos, se estaba haciendo duro. Pocas horas de sueño, mucho desgaste físico.
Además usaba mucho de mí poder mientras lo hacíamos. Para que ella nos pudiera llevar a los cuatro sin cansarse, pero el que terminaba agotado era yo.
Desperté último, cuando el aroma de una bebida caliente invadió mis sentidos. Abrí mis ojos y la pelirosa más sexy estaba a mí lado con una taza lista.
-El replicador funciona perfecto. Tuve que darle unos ajustes. Madara y Sasuke parece que tienen un conocimiento limitado de comidas y bebidas.
Me reí mientras tomaba la taza con una mano, y acariciaba su mejilla con la otra.
-Te amo.- Solté. El último par de ciclos lo decíamos más abiertamente. No es que antes no lo sintiera de esa forma. Es solo que luego de escapar, verla herida, todo lo que pasó con el bebé, y haberla embarazado nuevamente. Creo que valoro más los momentos juntos. Y ya empiezo a ponerme sobreprotector con ella.
De solo pensar en lo que se viene. Sigo insistiendo en que no somos guerreros. Somos comerciantes de piedras de calor. Y vamos a enfrentar al embajador humano, dentro de la confederación...
Si. No quiero ni pensar en eso.
No tengo la confianza de Mad, ni el entusiasmo de Sasuke. Hasta Obito está decidido en todo este maldito asunto.
-También te amo- me dice SaKu antes de saltar de la cama, a medio vestir.- Los otros ya salieron para la propiedad. Querían asegurarse de que no dejamos nada que podamos necesitar.
-Bueno. Vamos a ponernos en marcha entonces.
Una vez vestidos, salimos de la cueva y caminamos hacía la propiedad tomados de la mano.
Temari está acosando a Obito con preguntas. Me muerdo para no reír ante la cara de odio que le da mí hermano.
-¿Estamos listos?- pregunta Madara. Se acerca a SaKu y disimuladamente presiona su mano en el bajo vientre mientras la atrae para un beso posesivo. Están de lado y nadie puede verlo.
-Parece que alguien se quedó con ganas...- Pakura se ríe sola. Nadie le hace eco a su burla.
-Voy a preparar la nave para el despegue. Gracias por todo Pakura.- Dice Hinata.
-Voy contigo.- gruñe Obito. No se molesta con despedirse.
-Voy a extrañar las manos extras, los humanos son buenos trabajadores- dice con esas risitas burlonas a las que nunca me acostumbre. Siento a Obito resoplar mientras se aleja. Hinata se apresura tras sus pasos.
-Pakura, gracias por todo.- afirma Temari y le da un abrazo a la dueña de la granja. Madara y mí hermano menor le dan un apretón de mano, y agradecen educadamente. SaKu también le da un abrazo.
