El planeta rojo, la cárcel por elección para los bandidos de la galaxia, no será mí destino final.
Nadie sale y nadie sobrevive por mucho tiempo... En teoría.
Arrojada, por error, en el sector de los hombres, creo que mis horas están contadas.
Pu...
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Sentía el cosquilleo en mí piel, la nave estaba haciendo algo con mis reservas de energía.
-Se ha detectado una nave de batalla perteneciente a la Confederación, está entrando en órbita.
Revise los datos que me daba la nave.
—Muéstrame— ordene en voz alta.
Las imágenes del espacio, me llenaron la cabeza. Sentí un pinchazo y la humedad correr sobre mis labios.
Me pase el dorso de la mano y mí sangre cubrió la piel.
—Mierda.— Resople.— Más lento nave, ¿O pretendes déjeme como un vegetal? Sentia el cerebro licuado, el poder de este organismo o nave era increíble.
Las imágenes se volvieron lentas. Diferentes ángulos. No tenía idea de cómo podía captarlas, estábamos en tierra, pero la nave seguía de alguna forma, vinculada al espacio y la órbita del planeta.
-Se aconseja subir. Es necesario detener a los invasores- Sentí a través de la nave que alistaba las armas y desviaba más energía a los cañones. Ni siquiera había visto armas en la elegante cubierta, pero al parecer, estaban plegadas.
-Reunir tripulación, despegar de inmediato.- Sonaron un par de pitidos y la iluminación cambio. Revise los datos y localicé a mis compañeros. Los más alejados del grupo en la base eran Itachi y Obito.
—Obito, Itachi, regresen a la nave. Ahora. Los necesito.
"¿Estás herida?" Respondió Itachi de inmediato.
"Estamos volviendo. Dime qué esa nave no te chupo los sesos nena." Obito trataba de animarme aún con la angustia que se filtraba en su voz.
—Todo está bien, pero tenemos trabajo. Deben darse prisa, voy a despegar en cuanto estén aquí.
Revise sus firmas en la pantalla, ambos corrían dejando atrás al grupo, sabía que había más ho.bres para ayudar a esas mujeres. Me comunique con Madara y Sasuke.
—Chicos, necesito que dejen a esas personas en la base y se unan a mí en la nave.
"¿Ahora? Estamos acomodando a los dos grupos. Aún falta que lleguen Obito, Itachi y las otras hembras."
Madara respondió de inmediato, podía sentir la preocupación en su tono.
—Ya los llame. De verdad necesito que traigan sus duros y sexys traseros a bordo.
"En camino, preciosa" Sasu corrió tan rápido que apenas era un borrón en la pantalla.
Madara, como buen líder, organizó todo antes de correr tras su hermano.
Obviamente Sasu entro primero a la nave.
—Toma asiento cariño, estamos por despegar.
—¿Qué sucede? ¿Por qué subimos cuando hay tanto que hacer aquí abajo?
