El planeta rojo, la cárcel por elección para los bandidos de la galaxia, no será mí destino final.
Nadie sale y nadie sobrevive por mucho tiempo... En teoría.
Arrojada, por error, en el sector de los hombres, creo que mis horas están contadas.
Pu...
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-Ella necesita recuperar fuerza.- Gruñe Obito. Itachi retrocede alzando las manos y Sasuke resopla una risa.
-Estas demasiado alterado últimamente ¿Quieres que te revise el trasero, asi saco lo que sea que se te metió?- responde el sanador.
-No empiecen, no voy a separarlos si lo hacen.- Se queja Madara. - Necesito rastrear a Mito.- Recuerda.- No puedo perder el tiempo con sus riñas idiotas.
-Ayudare con eso. Soy más rápido.- Sasuke se prepara para salir, pero el mayor de los hermanos lo detiene y niega.
-Vino aquí, por mí. Yo me ocupo de ella.
-Ay vamos otra vez...- Itachi sacude la cabeza frustrado. Coloca ambas manos en sus caderas y mira a Madara con gesto cansado.
-¿Qué?- presiona el mayor.
-Estamos juntos en todo.- Le recuerda Obito como si fuera una promesa de niños. Itachi y Sasuke asienten solemnemente.
-Lo sé.- Gruñe molesto.- Pero no voy a arrastrarlos conmigo, para ir tras la loca.
-Si pudo llegar sin que la vean, puede irse de la misma forma.- Escupe Obito.- Acabamos con el grupo de Genma, nadie la perseguirá para hacerle daño.
Carraspeo y entonces Itachi está sobre mí, con más agua. Obito sigue cargándome sin mostrar un solo signo de cansancio.
-Deberias bajarme...- murmuro.
-¿Quieres qué lo haga? ¿Puedes tenerte siquiera en pie?- esa última pregunta sale con un pequeño gruñido frustrado. Me encojo en sus brazos.
-No te desquites con ella porque voy a dejarte estos dedos tatuados en la cara.- Sisea Sasuke alzando una mano.
-No de nuevo...- le digo a Sasuke, quiero rodar mis, ojos pero aún duelen. El menor me sonríe.
-¡Oye!- Obito me mira indignado.- Ese morado en su mejilla de niño bonito lo puse yo. - se jacta. Sasuke murmura un "jodido idiota" seguido de una risa. La tensión entre ellos se disuelve mágicamente. Itachi y Madara niegan con marcado cansancio. Sigo en brazos de Obito, que al parecer se niega a soltarme. No me estoy quejando. Que conste en actas.
- Acomoden a Sakura. Voy a asegurarme de que Mito vuelva a su sector.
-Y no regrese...- interrumpe Itachi, con seriedad. Madara suspira y sale sin decir nada.
Obito me lleva a la zona trasera, el pozo de agua brilla iluminado Por las algas que se mueven contra la roca.
Retira la piel de mí cuerpo y antes de que pueda quejarme, estoy en el agua.
Él se desnuda a una velocidad que rivaliza la de Sasuke y se mete detrás de mí, sus brazos me envuelven de inmediato.
Intento procesar lo que sucede, pero de repente me siento entumecida de nuevo.
