El planeta rojo, la cárcel por elección para los bandidos de la galaxia, no será mí destino final.
Nadie sale y nadie sobrevive por mucho tiempo... En teoría.
Arrojada, por error, en el sector de los hombres, creo que mis horas están contadas.
Pu...
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La mujer es extraña y muy arisca, pero de todas maneras me atrae. Es imposible no aceptar eso, cuando me la he pasado duro desde que la vi por primera vez. Sasuke tiene razón, ella provoca algo en nosotros. Fue casi imposible pegar el ojo, mientras su deseo perfumaba la maldita cueva. Estuve tentado de dormir fuera. Si no estuviéramos en un área tan peligrosa, lo habría hecho.
Despertamos y veo a Sasuke ir hacía el pozo, regresa con la cara lavada y cero rastros de la mala noche que se que pasó. Es mí turno de refrescarme.
Desayunamos en un cómodo silencio hasta que mí hermanito le pone voz a lo que ambos llevamos rato pensando.
—Si ella aceptará, ¿compartirías?
Lo miró de lado. —¿Estás pensando en Karin?
Se sacude como si tuviera escalofríos.
—Fue una buena experiencia. Aunque ella era rara y algo loca.— Murmura.
—La pasábamos bien en esas negociaciones. Recuerdo que tenías mucho interés en visitar Ignis.— sonrió mientras él niega avergonzado.
—Oh vamos... No era gran cosa. Sus tetas se veían pequeñas.
—Y su cabello también es extraño.— Recuerdo como se encendía y parecían llamas. Tuve que curar varias quemaduras luego de nuestros encuentros con ella. Sasuke asiente. —Tenia un buen trasero. Ya sabes, de esos para palmearlo y darle bien duro.— hago un movimiento de cadera mié tras palmeó el aire y mí hermano se cubre el rostro.
Mientras recordamos a Karin y las aventuras que tuvimos con la irritante pelirroja de Ignis, notó que Sakura despierta, está irritada. No me atrevo a preguntarle que sucede, recuerdo la frustración que nos embargaba al principio, ella debe estar sintiendo lo mismo por estar atrapada aquí.
Tenémos un breve intercambio, dónde nos insulta abiertamente mientras pregunta por mis hermanos. A Sasuke le divierte, luego ella sale de la cueva. A pesar de que le sugerimos que tenga cuidado. Es impulsiva, también tiene algo de solitaria. Se parece a Obito, es bastante espinosa.
—Vamos a ordenar un poco la cueva, quiero revisar los insumos. Ya escuchaste a nuestro hermano, hay un intercambio con las mujeres. Necesitaremos separar algunas cosas para abastecer este lugar.
Sasuke asiente y luego empieza a correr a toda velocidad ordenando las cosas. Me enfoco en mí propia tarea, porque si intento seguirlo con la vista, me mareo y vómito. Ese chico es muy rápido.
De pronto se detiene en la entrada de la cueva. —¿Qué está haciendo?— dice preocupado.
No me acerco, respondo sin mirar, estoy concentrado doblando mantas. —Revisa la barrera. Supongo que si ella tiene el código, solo hay que llevarla hasta el puesto de control, buscar la forma de contener a los bots mientras lo ingresa y salir de aquí. — murmuró.
