Arisca.

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Obito está frustrado.
El humo impide que huela a la hembra.
Lo sigo en silencio, mientras busco cualquier tipo de huella. No hay rastro de sangre, sospecho que cubrió su herida o tal vez no necesite que la curen y pueda hacerlo ella misma. Como yo. Me entusiasma la idea.

Sasuke, debe haber llegado a las cuevas, y en este momento estará informando a nuestro hermano mayor, la situación.
Deberán esperar a que los demás duerman para poder venir. 

La luna está cada vez más alta, pero los soles siguen desprendiendo su calor abrazador. Serán apenas unas horas nocturnas que ni se notan. A pesar de que nuestro planeta es casi un constante atardecer, no se parece en nada a esto. ¡Diablos! Extraño muchísimo mí hogar.

Observamos desde una posición escondidos, a los prisioneros que se separaron de nuestro grupo. No quieren seguir a mí hermano, no les gustan las órdenes ni el trabajo en equipo. Son anteriores a nosotros y creen que deben ser ellos quiénes manejen las cosas por aquí, pero entrar en combustión inmediata no les gusta. Por lo tanto no se meten con ninguno de nosotros, es por eso se fueron y armaron su propio grupo.
Son un riesgo, me encantaría acabarlos, aunque me rebajaría a su nivel. Madara, nos prohibió enfrentarlos a menos que ellos nos ataquen primero.
Están en la entrada principal, sin embargo; sabemos por experiencia, que todas las montañas tienen diferentes entradas y salidas.
Hay enormes redes de túneles en todo el planeta y la vida parece prosperar bajo tierra, lo que el sol quema en la superficie, en lo profundo del planeta puede sobrevivir.

Hay pozos de agua, hay algunas hierbas que crecen y hongos. Hay criaturas pequeñas, algas, algunos insectos.

La mayor fuente de alimentación además de los suministros que nos entregan cada ciclo, son las enormes bestias serpientes. Su carne es sabrosa, sus colmillos son excelentes para hacer armas, su piel sirve para montar tiendas. Tratamos de alejarlas y solo las matamos cuando hace falta. Ya que dejan abundante carne que si no es tratada de inmediato, se pudre y atrae más serpientes.
Al parecer las criaturas odian el fuego. Por lo tanto, cuando reclamamos una cueva, lo principal es montar una gran hoguera y mantenerla ardiendo.
Si se apaga, la cueva se verá de inmediato, infestada de más criaturas. Pueden tragarse a un hombre entero. Lo he visto, y creo que nunca podré olvidarlo.
Me aseguro de que el fuego siempre arda en nuestra cueva.

—Hubo un desprendimiento. Fíjate toda esa roca.— me señala Obito.

Los hombres están celebrando a unos cuantos metros, pero no notan nuestra presencia. Hay muchas rocas contra la montaña y al rededor de la boca de la cueva, que sirven para cubrirnos.

—Puedo sentir su aroma es débil. Hay agua dentro de la montaña. Ella debe haber entrado.— dice mí hermano.

—O quizá ellos la atraparon antes y la metieron dentro.— Obito me frunce el ceño. Alzó mis manos.— No estoy siendo pesimista, solo creo que debemos analizar todas las posibilidades.

"Planeta Rojo"- Saku-Haren 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora