❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...
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Jimin rió bajito mientras se recostaba en el sofá, al lado de su mejor amigo. Ambos se hallaban en el departamento de Taehyung, revisando una vez más la lista de invitados y todos los preparativos para el gran acontecimiento. Park se veía muy feliz, siempre le agradó la idea de organizar las fiestas de su padre y hermano, pues sentía que colocaba un toque personal en toda la organización y la decoración, algo que le fsncinaba. Incluso, cuando estaba casado todavía, se encargaba de organizar los cumpleaños de Jungkook o sus eventos de negocios, pues adoraba saber que podía ayudarlo en su trabajo de esa manera sencilla. El trabajo que hacía en conjunto con Taehyung siempre resultaba ser bueno y esperaba que, en esa ocasión, lo fuera también.
—El señor Choi acaba de confirmar su asistencia —informó el pelirrojo mientras colgaba la llamada reciente— tus tíos también confirmaron, llegarán a Corea en unos días.
—¿Mis tíos? Por favor, dime que es una broma.
—No lo es —alzó las cejas sugerentemente—. ¿Por qué no quieres ver a tus tíos, eh, Jiminnie?
—Sabes porque no...
—¿Tal vez, por qué... ellos adoran tanto a Jungkook que lo ven como un hijo más de la familia Park?
Jimin solo suspiró y se dejó caer de nuevo en el respaldar del sofá.
Cuando se decía que toda su familia adoraba a Jungkook era en serio. No solo su padre, sus tíos también lo hacían. Sobre todo, su tía Yang Mi, quien veía a Jeon como el hombre perfecto para cualquiera. No solo lo vanagloriaba, lo trataba como el hijo que nunca pudo tener. Por otro lado, su tío adoraba la capacidad que tenía Jungkook para los negocios y lo intelectual que demostraba ser en cada decisión. Cuando su matrimonio terminó, ambos se hallaron muy tristes, pues habían recibido a Jungkook como un miembro imborrable en la familia, pero continuaron apoyando a Jimin en su decisión, debido a que lo amaban demasiado.
Ahora, sabía cómo se pondrían cuando volvieran a verlo. Adiós a su noche tranquila y llena de paz, sus tíos iban a comenzar a decir maravillas de Jungkook, mientras Sehun estaba allí. Y si su sola llegada había causado la molestia en su prometido, peor sería cuando viera a toda su familia charlando y abrazando a su ex esposo.
—Vamos, Jimin, deja que tus tíos disfruten el reencuentro con su sobrino favorito —se burló el pelirrojo—. Sabes que nada les daría más alegría que volver a verlo.
—No quiero que Sehun se sienta excluido, sabes cómo lo tratan mi padre y mi hermano. Ser ignorado por mis tíos lo haría enojar y armaría un escándalo en plena fiesta.
—Pues, aléjalo de tu familia si no quieres eso porque tú mejor que nadie sabe que todos allí prefieren a Jungkook por mucho. —El rubio volvió a suspirar, nada podía ser más cierto que aquello—. Es una fiesta dedicada a tu padre, Jimin. No permitas que los celos de Sehun arruinen esa celebración.