❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...
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La mirada color miel de Jimin se fijó en él con naturalidad, atrayendo consigo un sentimiento cálido y pacífico, al mismo tiempo que su sonrisa iba expandiéndose en sus labios, demostrando que no existía persona más feliz que él en ese momento. Jungkook observaba a su pareja y encontraba la perfecta definición de amor, aquella que fue un significado encontrado tardíamente en su vida, pero que perduraba sin resistencia en su corazón. Una simple caricia que ablandaba su corazón de manera lenta y lo guiaba a un sublime estado de amnesia, donde podía olvidar a todos y todo lo que ocurría a su alrededor, menos a él, su dulce compañero.
—Te amo.
La simple frase abandonando sus labios significaba el mundo entero para él. Y Jungkook no iba a dejar ir al dulce rubio, no después de todo lo que habían batallado para encontrarse en aquel confort duradero y en un momento donde su vida empezaba a llenarse de colores más vívidos y perdurables.
—El año nuevo se acerca a cada segundo y me alegra saber que nuestra familia está completa, aun con la ausencia de Namjoon —escuchaba la voz del patriarca de la familia a la lejanía, pues su atención iba dirigida a su pareja, quien parecía resplandecer aquella noche—. Este nuevo año será un nuevo comienzo para muchos de nosotros y espero que podamos encontrar nuestra felicidad, al lado de las personas nuevas que hemos escogido y de los nuevos miembros que aparecerán para llenar nuestra vida de luz y alegría.
Inconscientemente Jimin acarició su vientre con sutileza, mientras observaba a su novio. Sus miradas se unieron por inercia y no dudaron en sonreír levemente y besarse, sellando aquella pequeña promesa silenciosa.
—Cuando el año empezó, creí que iba a ser demasiado diferente a como se ha presentado el término —una sonrisa surcó los labios del mayor, causando la sonrisa de Jimin y Taehyung por igual, sabiendo lo duro que fue para el contrario empezar aquel año—. Pensé que Jimin no volvería a sonreír, pero Jungkook llegó para devolverle la felicidad y me alegro de que haya sido de esa manera. Me alegro de no haberme equivocado al seguir llamándote mi yerno preferido, porque seguirás siéndolo para siempre.
Jeon sonrió y asintió a sus palabras, abrazando el cuerpo de su pareja y dejando un pequeño beso en su frente.
—También me alegro por el hecho de que Taehyung haya conseguido consolidar su felicidad con la llegada de este nuevo bebé. Sé lo mucho que estaba deseando tener uno y saber que por fin lo consiguió es algo verdaderamente bueno —su mirada fue directamente hacia Hoseok, quien sostenía la mano de su pareja—. Parece que, de tanto tiro fallido, uno dio directamente en el blanco.
—Confirmo —respondió Taehyung—. Esta vez sí afiló la puntería.
Las risas no tardaron en esparcirse por el salón, causando que el ambiente se volviera más cómodo y llevadero. Hoseok solo apartó su mirada totalmente avergonzado por las palabras de su jefe y su pareja.
