Love is not over ; kookmin.

17.

Jungkook se tomó un par de segundos antes de volver a su antiguo hogar. Con una botella de agua en sus manos, se dedicó a caminar tranquilamente hasta hallarse frente a su ex esposo, quien parecía más calmado y sin algún rastro de lágrimas. Jungkook ofreció la bebida con gentileza antes de tomar asiento frente al más bajo. Sus labios se abrieron dubitativos por varios intervalos de segundo, mientras paseaba sus manos con nerviosismo.

Cuando regresó de Japón, creyó que aquella casa había sido vendida en su ausencia, pues había dejado todos sus bienes compartidos a cargo de Jimin, pero se había equivocado enormemente. Yugyeom, quien aparte de su amigo también era su abogado, le había informado aquella misma mañana que la casa que les pertenecía nunca había sido puesta en venta, ni mucho menos se había ideado alguna sugerencia sobre alquilarla o algo parecido. Por esa razón, decidió ir aquella tarde, pues deseaba cerciorarse de que no fuera una mentira y que aquel pequeño espacio que le había significado una alegría inmensa años atrás, seguía intacto y seguía siendo suyo.

—¿Estás mejor? —el rubio asintió cabizbajo mientras dejaba la botella de agua a un lado—. Yo...

—¿Qué haces aquí? ―preguntó Jimin.

—Supongo que vine por la misma razón que tú —respondió con la mirada esquiva—. Para tratar de recuperar un poco de lo que perdí hace más de un año.

Sus miradas volvieron a encontrarse, frases incompletas y no dichas se aglomeraron en sus gargantas, pero el silencio siempre fue su mejor opción, aun cuando tenían la necesidad de hablar de aquellos sentimientos que perduraban en su interior.

—No puedo estar aquí sin recordar lo que pasó con... —la voz se le quebró una vez más, el recordatorio de su hijo seguía latente en su pecho— ... nuestro hijo.

—Jimin, no te dañes de esa manera, por favor.

—Lo extraño, Jungkook... extraño sentir a mi hijo en mi vientre... extraño nuestra antigua vida.

Jimin cubrió su rostro con ambas manos, mientras las lágrimas fluían y empañaban su piel una vez más. El llanto solo aumentó cuando sintió los brazos de Jungkook rodeando su cuerpo y protegiéndole de aquel martirio infinito.

—¿Por qué regresaste ahora, Jungkook? ¿Por qué tuviste que regresar cuando deseaba hacer una nueva vida?

Tal vez hubiese sido más fácil responder si él tuviera la respuesta. Habían quedado en no volverse a ver, en tener una vida totalmente alejada del otro, entonces, ¿por qué había roto ese acuerdo silencioso y había regresado?

La respuesta era simple: porque seguía amándolo.

—Porque creí que existía una oportunidad entre nosotros, Jimin ―confesó―. Porque deseaba recuperarte con todas mis fuerzas y volver a tenerte entre mis brazos. Porque no existió ni un solo día en el que dejé de pensar en ti y en los errores cometidos —acarició el rostro del rubio, sus labios, sus mejillas y aquellas lágrimas que fueron borradas por sus pulgares—. Porque necesitaba verte una vez más para pedirte perdón por todo el daño que te causé.

En una historia que no tuvo un final adecuado, ¿podrían volver a estar juntos?

Las manos de Jimin se posaron sobre las de su compañero, ambos pares de ojos se observaron intensamente y, por primera vez, no tenía duda alguna de lo que sentía.

—Nuestra vida juntos fue hermosa, Jungkook.

—Lo fue.

—Pero, nosotros mismos la destruimos. Y no podemos regresar el tiempo y remediarlo.

—Jimin...

La lejanía se evidenció entre ambos. Jimin se separó por completo de los brazos reconfortantes de Jeon y sonrió con tristeza.

—Tengo un compromiso al cual responder, Jungkook. Ese hombre me ha esperado por años y no sería justo que volviera a echarlo de mi vida de forma inmediata.

Una decisión fue tomada en ese mismo instante. Una decisión que terminaría con todo lo que alguna vez se construyó y comenzaría con una nueva historia entre ambos.

—Así que... mientras no encuentre la manera de terminar con este sentimiento de inconformidad y enmendar el error que cometí....

El mayor sintió el rápido latido de su corazón proyectándose, sus manos fueron acariciadas por las contrarias y sus ojos se cerraron cuando el acercamiento fue dándose de manera inevitable. En aquel espacio donde ambos vivieron completamente felices, se dio aquella promesa secreta y verdadera.

—Por favor... espera por mí.

Lo entendía. Jungkook sabía que no era el momento de volver a estar juntos, que aún necesitaban erradicar los obstáculos puestos en su camino y platicar sobre el pasado, perdonarse verdaderamente y acordar tener algo mucho más duradero que su relación anterior. Lo supo desde que volvió a Corea y desde que vio aquella pequeña esperanza de reconciliación entre ambos.

Por esa razón, no tuvo ninguna duda en responder:

—Te esperaré siempre, Jimin.

Aquel salón vacío y silencioso fue testigo de tres situaciones:

La promesa de esperar a que el momento correcto para estar juntos llegara.

El amor evidente en sus miradas, junto a las sonrisas cómplices.

Y el dulce y efímero beso que los dejó con una sonrisa por varios días. 

Capítulo corto, pero importante. 

¿Será que ahora sí decidan estar juntos?  🤔

Espero que les guste ♥