33.

2K 196 11
                                    


Seokjin mantenía la deprimente sonrisa en sus labios, mientras bebía una taza de café y observaba la ciudad por el enorme ventanal del departamento de su primo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Seokjin mantenía la deprimente sonrisa en sus labios, mientras bebía una taza de café y observaba la ciudad por el enorme ventanal del departamento de su primo. Aquel día había sido el más doloroso de toda su vida y, por esa razón, no podía dejar de pensar en el pasado y en la oportunidad que había perdido al dejar ir a la persona que amaba.

—Seokjin... ―Jungkook se mantuvo tras él, colocando sus manos en los hombros del mayor, tratando de consolarlo en aquella dura etapa.

—Es un bonito día, ¿cierto? —preguntó con una pequeña sonrisa—. Hoy es tu gran día.

—Lo sería si tú...

—No te deprimas por mi culpa, Jungkook-ah —su cuerpo giró hasta encontrarse frente a frente con el menor, quien seguía teniendo el rostro preocupado y casi triste—. Te prometo que haré una pequeña visita el día de hoy y volveré a casa. Estaré más animado cuando regreses, lo prometo.

—No tienes que parecer fuerte frente a mí, lo sabes.

—Lo sé, Kook. No estoy tratando de fingir ser fuerte, es solo que... ya me he cansado de llorar por lo mismo por más de ocho años, a mi pequeño no le hubiese gustado eso.

Seokjin volvió a sonreír, tratando de mandar lejos el pequeño dolor que se instaló en su pecho al recordar aquel episodio de su vida. Mirar a Jungkook le daba aquella fuerza perdida, porque él estuvo a su lado cuando los problemas habían empañado su felicidad y sabía que nunca iba a dejarlo solo, a menos que él mismo se lo pidiera.

—Él lo sabe, Jin ―anunció Jungkook.

La mirada confundida de Seokjin fue lo único que recibió. Jungkook tomó aire para reunir el valor, pues no sabía cómo iba a reaccionar su primo cuando se enterara de la situación.

—Sabe sobre el altar que hiciste en honor a su hijo ―informó.

—¿C-Cómo...?

—El señor Park se lo dijo; lo llevó a ese lugar el día de mi cumpleaños.

Seokjin sintió miedo en ese momento. Namjoon nunca supo sobre la existencia de aquel altar, pues consideraba que no podía hacerle sentir más dolor del que había generado en toda su relación. Seokjin creyó que todo había terminado en la isla Jeju, donde ambos se habían mantenido viviendo después de la pérdida espontánea de su hijo. Nunca se había atrevido a comentarle sobre los aniversarios de la muerte de su bebé, ni sobre el altar creado en su honor. Que él supiera sobre ese lugar, solo aumentaba la probabilidad de un encuentro entre ambos y era algo que no deseaba. No, ese día.

—Pensé que deseaba conservar el matrimonio de Namjoon —comentó, alejándose del mayor—. El señor Kwan me prometió que no le diría nada, a cambio de que no volviera a reaparecer en la vida de su hijo. No debió decirle sobre eso.

—Apareciste en su vida de nuevo, Seokjin. Seguro pensó que el trato se había roto.

—¡No fue culpa mía volver! Yo...

Love is not over ; kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora