❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...
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Jungkook bebió de su copa de vino, mientras los invitados se hallaban en la pista de baile, balanceándose al son de la música suave. Las parejas se veían felices y charlaban entre sí, mientras los solteros solo se sentaban a observar el espectáculo. Varias mujeres se habían acercado para tratar de tener una oportunidad con el guapo inversionista, pero todas fueron rechazadas de manera amable.
Jungkook observó a Taehyung y Hoseok, quienes bailaban de manera alocada en la pista de baile, pues la canción había cambiado en ese momento. Namjoon y su esposa también platicaban y danzaban al son de la música, mientras el señor Park se mantenía al lado de su hermana. Sus ojos visualizaron a la lejanía y observaron a Jimin, sentado en una de las mesas principales, observando a los demás. Estaba solo, pensativo y no parecía tener muchas ganas de bailar como los demás. Por un momento, Jungkook tuvo el impulso de acompañarlo, pero decidió quedarse en su asiento.
Lo ocurrido momentos atrás no podía volver a repetirse, al menos eso pensaba. Después de todo, ¿qué derecho tenía él para irrumpir en la vida de su ex esposo, después de todo el daño causado? Aun cuando Sehun era un completo hijo de puta, no podía seguir haciéndole daño de esa manera. Tal vez, diciéndole la verdad sobre su prometido, podía crear una pequeña oportunidad entre ambos, pero, ¿a costa de qué? Jimin había sufrido de una infidelidad en el pasado y aquel episodio había sido tan duro para él que terminó creyendo que no merecía ser amado por ser insuficiente. Si volvía a sentirse traicionado, después de incluso haber terminado su matrimonio por un motive similar, era probable que el rubio no lo soportaría y Jungkook no quería causarle un sufrimiento de tal magnitud.
— ¿Por qué no vas y le pides un baile? ―dijo alguien a su lado―. ¿No te mueres de ganas por hacerlo?
Escuchar esa fastidiosa voz causó una enorme molestia en Jungkook. No quería enfrentarlo tan prontamente porque no estaba seguro de poder guardar la calma en su presencia y, mucho menos, después de lo que había visto la anterior noche en aquel club.
—Sehun —respondió con molestia.
—Cuánto tiempo, Jeon.
Jungkook por fin posó su mirada en el contrario, percatándose de que sus ojos celestes lo observaban con profundo rencor y su sonrisa torcida solo le demostraba lo cruel que sería con sus acciones. Jungkook no se intimidó y se colocó de pie para quedar a su altura, viéndolo sin bajar la cabeza.
—¿Deseas algo aquí? —preguntó el castaño—. Tu mesa está en otro lugar.
—Mi lugar está al lado de Jimin, por supuesto, al lado de mi prometido —resaltó— un lugar que antes ocupabas, pero ahora ha vuelto a pertenecerme.
La molestia se hizo evidente.
Jungkook se sintió en desventaja, como si hubiese sido derrotado con aquella sola oración, pues no había dicho más que la verdad. El lugar al lado de Jimin ya no le pertenecía, nada de él era suyo en ese momento.
