Una canción suave empezó a resonar en el bar, mientras las personas iban y venían de un lado para otro, intentando olvidar algún episodio triste dentro de sus vidas. Era temprano por la tarde, por lo que no existían muchos clientes en el interior de aquel prestigioso y tranquilo bar del centro de Tokio, el cual era visitado por personas mayores, en lugar de los usuales asdolescentes que deseaban una noche de diversión. El bar se caracterizaba por ser un espacio poco ostentoso, donde las personas podían ir a tomar un trago de vez en cuando, teniendo como entretenimiento las pocas bandas que se presentaban para que ambientasen el lugar y siendo un poco más provocativo cuando llegaba la medianoche y solo los buscadores de diversión y conquistas se aventuraban a ingresar.
Jungkook, esa tarde, no deseaba una diversión provcativa, ni tampoco estaba deseoso de conseguir alguna conquista que lo ayudase a olvidar lo triste que era su vida en ese momento. Solo deseaba beber un poco y escuchar algo de música por un corto período de tiempo para que el dolor sentido fuese desvaneciéndose. Solo deseaba olvidarse de su historia y seguir adelante, pero cada vez que lo intentaba, solo podía saborear el fracaso rotundo de saber que aquello que más dolor le causaba era también lo más hermoso que le había ocurrido.
Jungkook sonrió con tristeza, mientras se tomaba de un solo sorbo el whisky que le habían dejado en la barra. Sintió el ardor de dicho licor en su garganta, pero eso no le impidió pedir un segundo vaso. Estaba tan sumergido en sus recuerdos y en su dolor que nisiquiera las recomendaciones del barman por detenerse en algún punto llegaron a convencerlo de abandonar esa tarea. Jungkook solo recordaba y se culpaba por todo lo ocurrido en su matrimonio, por el trágico término de este y por todo el dolor pasado tras saber que había herido a la única persona que amaba.
―Fui tan estúpido... un completo idiota ―murmuró, mientras paseaba sus dedos por el vaso lleno de whisky.
Recordar su matrimonio era lo que, posiblemente, no lo dejaba continuar, pues había vivido una enorme felicidad en todo ese tiempo, pero también había cometido tantos errores, dejándose llevar por palabras de personas equivocadas, que estaba completamente convencido de que finalizar con su historia había sido la decisión correcta, al menos, para Jimin, su adorado esposo, a quien había dañado de la peor manera por culpa de su mala comunicación.
―Prometí protegerlo y amarlo, después de todo lo que ocurrió en nuestra relación... lo dije tan osadamente en nuestros votos matrimoniales... y, al final, solo lo lastimé. Soy un verdadero infeliz. Ni siquiera debí sentirme triste cuando él habló sobre el divorcio, ni cuando decidió rechazarme, tiempo después.
Jimin había sido, posiblemente, lo mejor que le había pasado en la vida, pero no supo apreciarlo como hubiese querido, pues todo el dolor que el menor alguna vez sintió había sido gracias a él. Jimin nunca pudo perdonarlo por haber desconfiado de él de esa manera, incluso cuando el verdadero problema entre ambos había sido una falsa infidelidad de parte de Jungkook, la cual fue planificada por la señora Park, una mujer que no solo odiaba ver feliz a su hijo, sino que odiaba saber que Jungkook era justo el hombre que había conseguido desbaratar todos sus planes desde el primer momento que ingresó a sus vidas.
La señora Park había deseado dañarlos tanto que hizo cosas desastrosas en la vida de ambos. Al principio, creyeron que su maldad había apaciguado y que estaba aceptándolos como pareja, pero eso siempre fue un plan suyo para que bajasen la guardia. Los convenció con sus buenas acciones y cuando Jimin persiguió el sueño de por fin tener un hijo al lado del hombre que amaba, no reparó en ningún sentimiento guardado y terminó por envenenar el vientre del menor para que perdiera ese sueño. Jimin perdió al bebé que esperaba como consecuencia de sus acciones y su madre, conociendo que se hallaba totalmente deprimido, no pensó en mejor idea que envenenar a Jungkook en contra suya.
Park Jiyeon aprovechó el duro episodio para desbaratar su matrimonio, colocando intrigas y mentiras en su relación, sin que ambos pudieran darse cuenta. Los corrompió con sus palabras y, al final, cuando ya no hubo nada más para recuperar, instó a Jimin a que se divorciara para siempre de Jungkook, aun cuando seguían amándose como la primera vez que se vieron. Jimin nunca pudo perdonarle que lo culpara del aborto que tuvo y Jungkook nunca pudo recuperar su confianza y, mucho menos, su amor.
―Supongo que el amor sí puede terminarse en algún momento ―dijo para sí mismo, mientras, alrededor, una balada suave comenzaba a sonar.
Jungkook bebió una vez más del whisky servido y se recostó en la barra, sintiéndose mucho más cohibido que antes. Su imagen era deplorable, considerando que era un empresario de renombre que siempre lucía imperturbable y serio. No solo estaba desarreglado, sino también se sentía mareado y seguramente debía verse completamente desorientado a causa del alcohol. Su imagen no le importaba mucho en ese instante, ni tampoco le importaba saber que muchos allí lo habían reconocido cuando ingresó de manera solitaria al bar.
Jungkook ya había dejado de sentirse intimidado por la opinión de los demás, pues la única opinión que en verdad atesoraba había dejado de estar presente en su vida, tras haber firmado esa acta de divorcio que tanto dolor les generó a ambos.
―Te conocí en un centro comercial, Jimin... ―murmuró―. ¿No podrías chocar conmigo una vez más e iniciar de nuevo?
El deseo más profundo que sentía era retroceder el tiempo y tomar mejores decisiones respecto a su relación con Jimin, pero sabía que era imposible hacerlo, pues todo lo que había ocurrido entre ambos ya no podía arreglarse en algún momento. No existía nada que los uniera y Jungkook sabía que no iba a pasar mucho antes que Jimin lo olvidara.
Estaba tan convencido de eso que, cuando observó en uno de los televisores del bar, tras haber escuchado el nombre de ex esposo, no se sorprendió por la noticia brindada esa noche. Jungkook solo sonrió con burla hacia sí mismo y se permitió derramar algunas lágrimas.
PARK JIMIN Y LEE SEHUN POR FIN HICIERON OFICIAL SU COMPROMISO.
La primicia era dolorosa, pero Jungkook se convenció de que no debía sentirse mal por ello, porque sabía que algún día iba a ocurrir. El castaño solo pidió una botella entera de whisky, pidió que tocaran algo de música y se perdió entre el alcohol y el dolor, esperando que la felicidad volviera a pintar su vida.
Porque, tal vez, el amor sí había terminado para ambos.
Y aquí les traigo esta historia, 5 años después de publicarla 😉
Es una de las historias más queridas de mi anterior cuenta. Muchas lo estaban esperando, así que decidí publicarla ahora. Para que puedan leerla de nuevo.
Prepárense porque será toda una novela dramática de idas y venidas, risas, llanto y mucho amor.
Me gustaría ver si esta vez también Taehyung se vuelve el personaje más querido o no xd.
Espero que les guste ♥
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Love is not over ; kookmin.
Fanfiction❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...