❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...
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Jungkook arregló las mangas de su camisa bajo la atenta mirada de su pareja, sus labios se mantuvieron estables hasta que una pequeña risita salió de ellos cuando sintió los brazos del más bajo rodeando su cintura, al mismo tiempo que recibía pequeños besos en su nuca. Sus manos sujetaron las de su pareja y no tardó en regalar pequeñas caricias en ellas hasta que pudo girar completamente para quedar frente a frente con él. Sus labios se unieron tiernamente, causando un pequeño suspiro satisfactorio de Jimin, quien envolvió sus brazos en el cuello ajeno y se mantuvo siendo mimado por su prometido.
—Estás más risueño últimamente, amor —comentó Jeon mientras acariciaba su cabello con suavidad—. ¿Existe una razón?
—Simplemente estoy feliz —su sonrisa se expandió, dejando una sensación de alegría en Jungkook—. Vamos a casarnos en un mes y vamos a tener un hermoso bebé pronto. Son buenas razones para estar feliz, ¿no lo crees?
Jungkook mantuvo su sonrisa intacta. Tener aquella oportunidad de empezar nuevamente era algo irreal, como si solo fuera una fantasía de la cual tendría que salir algún día. Pero, teniendo la sonrisa y calidez de su prometido y la suave textura de su vientre con latidos menores y casi inaudibles, no podía seguir desconfiando de que aquella realidad era la que viviría por el resto de su vida. El tiempo les había dado una tregua demasiado larga para que pudieran curar sus heridas y volver a intentarlo. Ahora, podía decir que era verdaderamente feliz. Tan feliz que no podía pensar en otro momento donde pudiera sonreír como ahora.
—Te amo, cariño, ¿lo sabes? —Jimin asintió con una pequeña sonrisa antes de volver a besarlo. Las manos del castaño lo sujetaron con suavidad por la cintura mientras se entregaba por completo al beso—. Quisiera poder quedarme contigo todo el día y consentirte —besó sus labios—, amarte —besó sus mejillas— y cuidarte.
El último beso fue en su frente y, posteriormente, en todo su rostro, causando risas en el rubio, quien no podía sentirse más dichoso en ese momento. Por mucho que quisiera quedarse con su prometido, resultaba casi imposible, considerando los días que había faltado al trabajo por pasarla a su lado, cuidando de él y de su embarazo.
El móvil de Jungkook sonó, logrando que ambos se separaran unos centímetros para que pudiera contestar la llamada. Una mueca de confusión se hizo visible en el rostro del mayor, llamando la atención completa de Jimin.
—¿Qué pasa?
—Es Nayeon.
La declaración no fue bien recibida por Jimin, pues aún recordaba lo que aquella mujer trató de hacer para separarlos. No obstante, por mucho que le molestara su presencia, se esforzaba en entender que era una de las socias de su prometido, por lo que esas llamadas estaban justificadas, en su mayoría. Jungkook temió que aquello molestara a su pareja, por lo que no dudó en observarlo y ver si era una buena opción contestar.
—Adelante, contesta —mencionó el menor con una pequeña sonrisa—. Tal vez, sea trabajo.
Jungkook asintió y terminó separándose del contrario para contestar la llamada fuera de la habitación, queriendo terminar con todo prontamente y volver con su amado prometido. La voz de Nayeon salió casi inaudible en la línea, teniendo un llanto retenido y muestras de sufrimiento. Jungkook escuchó atentamente cada una de sus palabras, sorprendiéndose por lo que decía y aceptando verla esa misma tarde si era posible, con tal de saber que ocurría y por qué su voz parecía temerosa a sus acciones. Cuando escuchó su petición de hablar en privado, él terminó accediendo porque le preocupaba enormemente lo que tenía para decirle.
