❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...
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Tal vez, si el tiempo hubiese estado a su favor, el final tendría otro rumbo. La vida les había enseñado, de diferentes maneras, que el amor no era tan hermoso como lo pintaban y, si no podían mantenerse juntos para resolver los obstáculos plantados en el camino, todo iba a terminar. Tuvieron que pasar años para que ambos volvieran a verse y tuvieran la oportunidad de hablar, posiblemente, una última vez.
—Bebe esto, Jin —dijo Jimin, mientras dejaba una taza de té en sus manos. Seokjin evitó la mirada de Namjoon en todo el intercambio de palabras, sin saber muy bien cómo actuar frente a él después de años sin verse. Tomó un sorbo y suspiró con pesadez al verse en esa situación—. ¿Te sientes mejor?
Seokjin asintió y volvió su vista a su regazo. Podía sentir la mirada preocupada de Jungkook sobre él, pues sabía que un encuentro tan desafortunado como ese solo estaba lastimándolo a extremos inimaginables y sabía que la presencia de Namjoon estaba haciendo estragos en su autocontrol. Seokjin apenas le sonrió cuando ambas miradas cruzaron tras un tiempo de silencio, intentando tranquilizar a su primo de toda culpabilidad sentida por haberlo llevado a visitar el altar de su hijo justo ese día. El destino había sido el único culpable de haberlo reunido con la persona que menos quería ver durante su estadía en la ciudad.
—Los dejaremos solos —escuchó decir a Jimin—, estaremos en la habitación de Jungkook, si necesitan algo de ayuda.
Los dos hombres no dijeron nada, solo se mantuvieron en la misma posición, procesando lo que ocurría y tratando de hallar una solución a sus problemas. Seokjin solo quería huir de aquella conversación, no volver a escarbar en un pasado que había enterrado con esfuerzo, pero, tanto como conocía a Namjoon, sabía que no se iría de allí sin haber platicado sobre su situación.
La mirada de Namjoon se hallaba perdida entre sus manos, con los pensamientos inundándose de aquellos dolorosos recuerdos y la culpabilidad que iba carcomiendo su alma los últimos años. El hombre frente a él parecía desdichado y melancólico, como si su estado de ánimo hubiese sido el mismo desde la última vez que lo vio. Ambos estaban destruidos, pero tal parecía que Seokjin lo estaba mucho más.
—Jin....
—Por favor, no me obligues a esto, Namjoon, —suplicó—. Solo olvida lo que pasó entre nosotros y sigue con tu vida como lo hecho hasta ahora.
—Hemos evitado esta conversación durante años, Jin. Necesitamos tenerla, necesitamos acabar con esto, de una vez por todas.
—Lo nuestro terminó hace mucho. ¿No escuchaste el mensaje que te envié aquel día? Dije que...
—¡Terminaste conmigo por un maldito mensaje de voz! —La desesperación lo obligó a subir el tono de su voz, tratando de no perder los estribos y la poca paciencia que tenía en ese momento. Los ojos de Seokjin parecían sin brillo y sin vida, de la misma manera en que lo había conocido años atrás—. ¿Crees que fue lo mejor que recibí aquella noche?
