❀ Jeon Jungkook y Park Jimin desconfiaron el uno del otro y terminaron con su matrimonio de manera inesperada y dolorosa. Un año después de la separación, Jimin se encuentra comprometido con otro hombre y Jungkook lejos de Corea. ¿Qué pasará cuando...
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Dos días.
Dos jodidos días.
Jungkook terminaría su proyecto y entonces la pesadilla que estaba viviendo Jimin al ocultar las fotografías que le fueron enviadas, terminaría. Las fotografías sin duda le habían perturbado emocionalmente, causándole ansiedad y desconfianza cada vez que recordaba que las tenía en su móvil. Por supuesto, no había querido terminar escondiendo ese hecho, pero tampoco quería armar un alboroto con su esposo por algo que seguramente solo había sido enviado para molestarle.
Jimin estaba tratando de no darle importancia a ese tonto mensaje y las fotografías adjuntas, pero seguía siendo algo demasiado difícil para él, pues la presencia de esa mujer seguía interrumpiendo su tranquilidad. Su maldita presencia seguía tomando protagonismo en una historia donde solo debían ser dos, donde solo Jungkook y él debían perdurar.
—Es otra prueba, ¿cierto? —se preguntó a sí mismo, siendo incapaz de poder hallar una respuesta concreta a lo que sentía—. Es una prueba para medir mi confianza en él.
Jimin era una persona madura, alguien que siempre demostraba ser capaz de solucionar sus propios problemas y poner en orden sus pensamientos, pero cuando se trataba de Jungkook, todo eso cambiaba. Ahora, se sentía como un crío incapaz de manejar sus propias emociones, yendo al lado extremo de la situación y pensando en aquello como una jugarreta del destino difícil de sobrellevar. ¿Era tan difícil confiar en la palabra de su pareja y no en simple fotografías que tenían intención de perturbarlo? Tal vez, debería ser un poco más sencillo inclinarse hacia la versión de Jungkook, pero le era algo difícil hacerlo. Ya habían pasado por eso, ya habían terminado con todo por la falta de confianza que fue creciendo entre ambos, ¿por qué tenía que ser así?
—Esas fotografías no son un indicio contundente de una posible infidelidad, Jimin —la voz de Taehyung era demasiado seria en aquel momento. Era algo extraño de escuchar, pero era justo lo que necesitaba. Su mejor amigo podía ser el hombre más risueño y divertido del mundo, pero en situaciones que involucraban a sus dos amigos, la cosa cambiaba completamente—. Ni siquiera hay un beso en ellas.
—Ya lo sé.
—Entonces, ¿por qué estás dudando de él?
Jimin no lo sabía.
Ni siquiera era la duda de su fidelidad, era la misma sensación de molestia que se instalaba en su pecho y le incitaba a empezar una discusión que no tenía fundamento alguno. Era aquel desahogo que iba acumulándose en su garganta con la intención de explotar en cualquier momento. Jimin ya lo había pasado, ya lo había perdido y temía volver a lo mismo.
—Jungkook nunca te fue infiel —volvió a decir, su mirada era tan amenazante que Jimin juraba poder ver algo más dentro de aquellos orbes oscuros—. Y no sería capaz de serlo ahora que han retomado su relación.
