KATIA
─Manu...
Él apartó la mirada.
─Oye...
Se cruzó de brazos y resopló.
─¿Por cuánto tiempo más seguirás ofendido?
Me dio la espalda.
Di el brazo a torcer en aquel tercer intento y le informé a Kevin que era su turno de hacer las paces con nuestro amigo. Habíamos pasado la última media hora tratando de alivianar su remordimiento, pero la herida ocasionada por haberle hecho perder la más reciente de nuestras aventuras perforó profundamente su orgullo.
─Lamentamos no haberte tenido ahí con nosotros ─probó mi mellizo, tocando su hombro.
─¿Por qué lo lamentarían? Si soy solo un insignificante personaje secundario para ustedes.
─No es verdad. Eres la superestrella del show ─le aseguré.
─El héroe de la historia ─agregó Félix.
─El protagonista de nuestros corazones ─se sumó Kevin.
Manu comenzó a mostrar las primeras señas de convencimiento, dándose vuelta lentamente hacia nosotros.
─¿Me juran que, al menos, estuve presente en sus pensamientos mientras estaban ahí?
─Siempre lo estás, cariño. ─Le palmeé la cabeza cual perro recibiendo una ofrenda y lo invité a sentarse en el sofá junto a los demás─. Lo importante es que estamos reunidos nuevamente. Nos costó mucho llegar hasta aquí: superamos persecuciones a exnovias, separación de caminos, y mafiosos italianos con una extraña obsesión por bebés. Pero ahora estamos juntos y ya nada podría salir mal.
No sé qué me da más ternura: la bella moraleja con la que quieres darle un cierre a esta historia, o tu ingenuidad por creer que la novela terminará aquí.
Nicole, ya nos has hecho pasar por miles de problemas y situaciones vergonzosas que nos provocaron traumas severos. ¿Qué más hace falta para concluir de una buena vez?
Solo échale un vistazo al calendario.
Me dirigí a la cocina en busca del almanaque. La casilla correspondiente a aquel día estaba marcada con un círculo rojo, y en su centro había una palabra escrita con el mismo color de alerta: "Audición".
¡Tarawapa! ¡La evaluación de Félix! Tuve razones para distraerme en aquellos últimos tiempos; no todos los días secuestran a tu hermano y terminas sumergida en agua helada, exponiéndote a una posible neumonía. Aun así, estaba enojada conmigo misma, no por haberme olvidado de tan importante fecha, sino porque, ya sabiendo qué día era, seguía inmóvil frente al calendario, dejando que los minutos corrieran y que la oportunidad de mi amigo se desvaneciera a cuentagotas.
─Hay otras academias de música ─escuché a Félix decir desde la puerta de la cocina.
Me acerqué a observarlo y estudiar su verdadero sentir. No estaba contento con la decisión que había tomado, lo delataban sus hombros decaídos y el jugueteo inquieto de sus dedos.
─No es demasiado tarde. ─Lo esquivé y me dirigí de regreso al comedor para preguntarle la hora a los demás.
─Son las siete menos veinte ─respondió Manu tras echarle una ojeada a su móvil.
Volteé en dirección a la puerta de la cocina, donde aún seguía apoyado Félix.
─Todavía tienes veinte minutos.
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Así son las cosas
Ficção AdolescenteKevin y Katia están atrapados en una historia de Wattpad y deben sobrevivir bajo la mirada de una escritora que no tiene ni una pizca de empatía o piedad. *** Los mellizos Kevin y Katia nunca fueron los más agasajados, ni los más talentosos, tampoc...