KATIA
Esa misma noche, regresé al apartamento con una pizza, un paquete de seis cervezas y un par de acompañantes: Manu y Casti. Abrí la puerta con una patada y grité para anunciar mi llegada.
Kevin se asomó desde su habitación y nos miró con desconcierto.
─Si no vas a la universidad, la universidad vendrá a ti ─señalé, apoyando la cena sobre la mesa que supimos improvisar con un par de cajas de cartón que nos habían sobrado de la mudanza─. Ellos son los compañeros de clase que quería presentarte esta tarde.
─Casti. ─Le sonrió la chica de cabello oscuro quien, en respuesta, recibió un tímido ladeo de cabeza por parte de mi hermano.
─Y yo soy Manu. Tal vez me recuerdes por...
─¿Tu acto de exhibicionismo frente a mi madre? Por desgracia sí, lo recuerdo.
─Lo sé, soy inolvidable ─presumió el visitante.
Cuando fui a la cocina para tomar un par de servilletas, ya que tampoco contábamos con platos o cubiertos, Kevin siguió mis pasos y me arrinconó para reprocharme.
─¿Por qué traes a dos completos extraños a casa? ¿No se te ocurrió que podrían ser peligrosos?
─¿Peligrosos? ─Alcé una ceja─. ¿Qué crees que harán, golpearnos con sus apuntes?
─¿Robarnos, quizás?
─¿Qué exactamente? Ni sillas tenemos aún.
─¡Podrían llevarse al perro!
─Nos harían un gran favor.
Regresé a la sala de estar y me senté junto a los dos invitados que ya se habían acomodado en el suelo junto a Meón, que los recibió con un par de lengüetazos amistosos. Vi la cabeza de mi mellizo bisbisear desde la cocina y, con un gesto discreto de manos, le insinué que se acercara.
─Te perdiste una gran clase de Filosofía hoy, Kevin ─le dijo Casti, mientras se servía una porción de pizza y él se asomaba para tomar una también─. El docente nos preguntó quién era Platón y un estudiante respondió "El que inventó los platos".
─Pero la mejor parte, sin dudas, fue en Diseño Gráfico, cuando el profesor se puso a discutir sobre el significado de los colores con un estudiante que resultó ser daltónico ─añadió Manu─. Por cierto, ¿por qué faltaste?
Kevin mantuvo la mirada concentrada en su porción.
─Tuve otro asunto que atender ─respondió a secas.
─Traducción: tuvo que atender a su novia ─intervine.
Mi hermano se apresuró en aclarar mi comentario antes de que inspirara pensamientos pecaminosos. Ya era tarde; el cerebro de Manu ideó en un santiamén miles de escenarios obscenos con la frase que había escuchado.
─No la "atendí" en ese sentido. Hace mucho que no recibo esa clase de "atención".
Ese comentario salió de la boca de Kevin de manera involuntaria. Lo supe porque, de inmediato, succionó los labios como siempre hacía cuando se daba cuenta que había cometido una estupidez.
─¿Te refieres a...? ─insinuó Casti, aunque no esperó una confirmación─. Descuida, es normal que las parejas tengan su temporada de "sequía". ¿Hace cuánto no lo hacen?
Me sorprendía la tranquilidad con la que ella le hablaba del tema, como si fuesen amigos de toda la vida. Creí que Kevin se iba a rehusar a seguirle la conversación, pero sorprendentemente lo escuché contestar:
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Así son las cosas
Novela JuvenilKevin y Katia están atrapados en una historia de Wattpad y deben sobrevivir bajo la mirada de una escritora que no tiene ni una pizca de empatía o piedad. *** Los mellizos Kevin y Katia nunca fueron los más agasajados, ni los más talentosos, tampoc...