KATIA
Irrumpí en la habitación de Félix al grito de:
─¡Buen día, camarada!
Mi amigo se sobresaltó y se cayó de la cama. Sus ojos adormilados me espiaron a través de las sábanas con las que se había enredado y luego se enfocaron en la pila de folletos que tiré en el colchón. Amodorrado, me preguntó:
─¿Qué es todo esto?
─Tu futuro.
─Pero son las ocho de la mañana de un sábado...
─El primer día del resto de tu vida.
Félix escaló a rastras sobre la cama, se acomodó entre los panfletos y comenzó a hojearlos a medias.
─Estas son todas las academias de música del país. Algunas están fuera de la ciudad, pero vale la pena tomarlas en consideración ─señalé y me sumé a la búsqueda─. Instituto Chaikovski, por ejemplo, tiene un programa de estudios muy amplio, y de Symphony & Serenade School salieron algunos de los compositores más reconocidos en la actualidad.
─Ninguna de ellas tiene el nivel de la Academia Rockford ─replicó Félix y frotó su frente, vencido ante el primer intento.
─Pues, encontré uno que es incluso mejor ─dije, y con ello logré despertar su interés. Le extendí lentamente un folleto rojo que tenía escrito Royal Academy of Music en letras blancas.
Él se detuvo a mirar el escudo, rodeado por tres grandes leones, y releyó el título una y otra vez. Al salir del trance, me miró.
─Esto queda en Londres ─dijo.
Asentí.
─Fue clasificado como uno de los diez mejores conservatorios del mundo. Una de sus especialidades son los instrumentos de viento y, además, puedes aplicar para conseguir una beca. Es una gran oportunidad, ¿no crees?
Noté cómo sus dedos se aferraban al papel colorado y sus ojos paseaban, anhelosos, entre las líneas del programa y las fotografías del antiguo edificio y el lujoso teatro en su interior. Pero pronto su mirada desistió y soltó el folleto.
─No puedo hacerlo.
─¿Por qué?
─Por mi padre. No puedo abandonarlo después de todo lo que hizo por mí.
Su cabeza se volvió a inclinar hacia el panfleto que yacía sobre su regazo, pero yo le levanté el mentón con mi dedo índice y lo sujeté de los hombros.
─Siendo sincera, tu relación con tu padre es insólita para mí. Mis mejores momentos con el mío fueron cuando lo tenía lejos, entonces no comprendo en absoluto por qué quieres quedarte aquí por él cuando tienes todo un mundo por explorar. Pero si hay algo que sé con certeza es que tu padre querrá lo mejor para ti. ¿Cierto?
─Sí...
─Se le hinchará el pecho de orgullo cuando te vea tocar en el Teatro Colón y decorará las paredes de la casa con fotografías, afiches y críticas periodísticas de tus performances. Pero todo eso podrá hacerlo si te deja ir, y lo hará. La pregunta es: ¿tú te animas a ir?
─No lo sé, Katia...
─"Ni li si, Kiti".
─Qué maduro de tu parte.
─¡Tú eres el inmaduro! ¡Tienes una gran oportunidad frente a ti y decides desaprovecharla por un problema que no existe!
Félix me contempló por un largo rato. Las comisuras de sus labios comenzaron a estirarse en señal de convencimiento. Le respondí con una mirada cómplice, le quité el folleto que tanto le costaba soltar y lo abaniqué frente a su rostro.
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Así son las cosas
Teen FictionKevin y Katia están atrapados en una historia de Wattpad y deben sobrevivir bajo la mirada de una escritora que no tiene ni una pizca de empatía o piedad. *** Los mellizos Kevin y Katia nunca fueron los más agasajados, ni los más talentosos, tampoc...