KEVIN
─Descansa, Meón, nos veremos pronto ─le susurré a mi perro por fuera de la transportadora donde estaba recostado─. Recuerda: papá te quiere.
─Papá está haciendo el ridículo frente a todo el aeropuerto ─agregó Manu, quitando la jaula de mi vista y entregándola a los despachantes─. Levantate ─me ordenó al ver que aún seguía arrodillado en el suelo.
─Tengo la ligera impresión de que algo saldrá mal ─repuse.
─Tenés esa sensación desde que naciste. ¡Superalo y disfrutá de este viaje que está por iniciar! ¿Qué podría fallar?
Si tan solo supiera...
Después de pasar por el área de seguridad, el control de pasaportes y un tour de casi hora y media por el Duty Free que consistió en perseguir a Manu y evitar que robara una barra de chocolate Toblerone y una botella de licor, nos sentamos frente a la puerta de embarque. Aún faltaba media hora para abordar. Prendí el móvil con el fin de iniciar una nueva partida de Scrabble, pero mis dedos se quedaron flotando sobre la pantalla al ver en ella una notificación de Instagram.
"Nadia Rivas subió una historia".
Espié a Manu de reojo y acerqué el aparato a mi pecho, temiendo que descubriera lo que estaba viendo. Si se enteraba que había vuelto a agregar a mi exnovia a las redes sociales, me iba a dar un sermón sobre por qué era "una muy, pero muy mala idea".
Yo no lo creía así; desde que Nadia me envió un mensaje para hacer las paces, me sentí mucho más calmado. Además, no podía negar esa parte de mi pasado. Más allá de haber sido mi pareja, también fue una gran amiga, y yo quería saber cómo estaban mis amigos. Y si tenían nueva pareja...
Entré a su perfil para revisar lo que la chica había publicado. Era una foto que mostraba a un grupo de personas en la playa. Entre ellos, estaba Nadia en traje de baño, abrazada a una chica por un lado, y a un hombre por el otro. Expandí la imagen. La mano del muchacho estaba aferrada a la cintura de ella, casi rozando su trasero...
─¿Qué hacés?
Me sobresalté ante la voz que flotó sobre mi hombro. Mis manos se distendieron del móvil y comencé a hacer malabares para atraparlo.
─¡Tarawapa, Manu! ¡¿Por qué espías?!
─Para asegurarme de que no hagas ninguna estupidez como la que estás cometiendo ahora. ─Señaló la fotografía que aparecía en mi pantalla─. Ya hablamos de esto: tenés que borrar cualquier rastro de Nadia.
─¿Por qué?
─¡Porque es tu ex! ¡Recién estabas mirando cómo ese guardavidas le tocaba el culo!
─No es un guardavidas.
─Ah, ¿no? ─Manu se acercó a observar la imagen con detenimiento─. Con esos abdominales, podría serlo. ─Y ante el gruñido que vibró en mi garganta, agregó: ─¡A esto mismo me refiero! Te estás obsesionando con ella, con quién está, dónde está... Por favor, decime que no estamos yendo a Australia especialmente por Nadia. Oh, no. ─Se detuvo ante mi primer signo de vacilación─. ¡No jodas!
Una voz anunció por el altoparlante el inicio de la embarcación a nuestro vuelo. Yo, con tal de escapar de la indagatoria que Manu estaba por iniciar, corrí hacia la puerta y presenté mi pasaje frente a los comisarios de a bordo antes que los demás pasajeros. La persecución continuó durante nuestro recorrido por la manga que nos dirigía hacia el avión y, al momento de acomodarnos en nuestros asientos asignados, declaré antes de que Manu abriera la boca:
ESTÁS LEYENDO
Así son las cosas
Teen FictionKevin y Katia están atrapados en una historia de Wattpad y deben sobrevivir bajo la mirada de una escritora que no tiene ni una pizca de empatía o piedad. *** Los mellizos Kevin y Katia nunca fueron los más agasajados, ni los más talentosos, tampoc...