KEVIN
Había llegado la temporada de los exámenes finales y obtuve los resultados que había previsto: desaprobado. En una situación como la mía, ¿quién tendría cabeza para la universidad?
Mi concentración se desviaba hacia Nadia que, con cada mensaje de texto que me enviaba, me hacía sentir el corazón en la garganta. ¿La habría contactado Lara? Esta pregunta se repetía en mi cabeza en los pocos segundos que demoraba en tomar mi móvil y leerla. Afortunadamente, mi exnovia todavía no había hecho acto de presencia, pero temía que lo hiciera pronto. Katia me había aconsejado que le contara la verdad por mi cuenta.
─El que excusa se acusa ─me dijo durante la clase de Semiología─. Tienes que hacerte cargo de lo que hiciste porque si Lara toma el control, lo empeorará.
─Pero por la boca muere el pez ─contraataqué─. Si le digo la verdad, Nadia no me lo perdonará. ¿Quién sabe? Quizás Lara nunca la encuentre y la información podrá quedar retenida en el rincón más aislado de mis recuerdos.
─¡A lo hecho, pecho! ─Mi hermana chocó los puños contra su pupitre, despertando de un sobresalto a todos los estudiantes somnolientos que nos rodeaban.
─Mucho ruido y pocas nueces ─se sumó el profesor a la competición de refranes.
El resto de la clase transcurrió en absoluto silencio, pero no por ello Katia y yo dejamos nuestra discusión de lado.
"Estás siendo un cobarde", me escribió en una hoja arrancada de su cuaderno y lo deslizó por debajo de mi asiento.
"¿Acaso no es valiente de mi parte esperar a ver qué pasará con el correr del tiempo?", respondí con cierta altivez que a ella aparentemente le molestó porque, acto seguido, abolló el papel que le entregué y me lo tiró por la cabeza.
Al sonar el timbre, anunciando el final de la clase, nos encontramos con Casti a la salida del aula. Saltó sobre nosotros cual hiena hambrienta al grito de:
─¿Qué harán este fin de semana?
Katia y yo nos miramos, confirmando mutuamente que no teníamos ningún plan especial.
Nos extendió un manojo de llaves.
─¿Qué es esto? ─Katia indagó el objeto como si fuese una reliquia jamás vista.
─El acceso a un fin de semana de puro lujo en una cabaña sumergida en la profundidad del bosque ─poetizó nuestra amiga, apuntando su mirada al horizonte con cierta dramatización que nos pareció cautivadora y ridícula a la vez─. Es la cabaña de mi familia y estará libre a partir del sábado. ¿Qué dicen?
─Estaría bueno, pero no tenemos con quién dejar a Meón ─lamenté.
─¡Vendrá con nosotros!
─¿Quién más irá? ─preguntó mi hermana.
─Cris, Rocco...
─¿Y Félix?
─No lo tenía planeado, ¿pero por qué no? ¡Inviten a quienes quieran!
─¡Le diré a Nadia! ─Esta vez, fue mi turno de entusiasmarme.
─¡Claro que sí! Aunque no tengo idea de quién estás hablando.
─Es su nueva novia con fecha de caducidad ─respondió Katia─. Espero que no venza durante el viaje...
KATIA
El sábado, Kevin y yo cargamos mi enorme maleta y su pequeño bolso junto a Meón al nuevo automóvil de segunda mano que se había comprado Manu.
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Así son las cosas
Teen FictionKevin y Katia están atrapados en una historia de Wattpad y deben sobrevivir bajo la mirada de una escritora que no tiene ni una pizca de empatía o piedad. *** Los mellizos Kevin y Katia nunca fueron los más agasajados, ni los más talentosos, tampoc...