Capítulo 11

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En silencio, Jisung deja la revista de lado para después colocar ambas manos sobre su regazo, sonriéndole como si frente a él sólo estuviera un niño que hace preguntas idiotas para cosas muy simples, apenas descubriendo lo que es la vida. Jeongin se deja caer en el sillón frente a él, sin apartar ni un milímetro sus ojos del rostro de Jisung; deja su celular a un lado, olvidándolo casi al instante.

—La gente entra por la puerta. —

Jeongin se permite gruñir, el sonido que un omega suelta cuando se siente amenazado, pero eso lo único que causa en Jisung es mayor diversión, como si esa es la reacción que esperaba de él.

De nuevo se siente pequeño frente a Hwang Jisung.

—¿Cómo es que encontró esta dirección? — trata de sonar tranquilo, pero falla —ni siquiera mi familia sabe dónde es este lugar—

Jisung coloca una mueca de orgullo en su rostro.

—Mi hija es muy buena descubriendo cosas, ¿sabes? Una Hwang de pies a cabeza. —

Yeji. Jeongin parpadea, admitiendo para sí que no la había tomado tan en serio como para preocuparse, pero ahora se da cuenta de que se trató de otro error de su parte. Jisung sigue mirándolo como si se estuviera divirtiendo con sólo ver sus reacciones, el deleite en el brillo de su mirada.

Sólo entonces se da cuenta de que son ellos dos los que están sentados ahí, nadie más que los acompañe. Aspira para tratar de encontrar la esencia de otra persona a los alrededores, en la puerta, en el pasillo, pero no localiza nada en lo absoluto. Sólo son ellos dos y nadie más.

—Viene usted solo— dice y Jisung alza una ceja con fingida inocencia.

—Decidí que esto debería de ser una charla entre omegas— responde con un tono sincero —No te molesta, ¿verdad? —

Tratando de conseguir algo de poder luego de semejante sorpresa, alza el mentón en un intento desesperado de lucha contra la autoridad de Jisung en la habitación, aun cuando se encuentra en su propia casa.

—No, para nada—

Jisung ensancha aún más su sonrisa.

—Maravilloso— él continúa —Nuestro abogado nos confirmó hace unos cuantos días que todo lo que nos dijiste del trato era cierto, y que sólo tienes oportunidad de reclamar ese derecho en la junta financiera de tu empresa. De lo contrario tendrías que esperar al siguiente mes para llevar a cabo todo. ¿Estoy en lo correcto?— Jeongin apenas abre la boca para contestar —Sí, estoy en lo correcto. —

El omega menor frunce el ceño —¿Y cuál es su respuesta? —

Jisung le observa por largos segundos antes de dejar escapar un suspiro, tomando de nuevo la revista que colocó al lado para llevarla a la mesilla frente al sillón, agarrando otra que captura su atención para después leerla con determinado interés desde la primera página. Jeongin espera con cierta emoción en su pecho, cierta arrogancia, porque muy en el fondo sabe la respuesta a lo que le preguntó, pero también algo de malestar e indignación por la actitud de Jisung.

Porque por sobre todo se sigue burlando de él, incluso sus ojos lo delatan.

—Aceptamos el trato— contesta él sin apartar sus ojos de la revista, frunciendo el ceño cuando al parecer llega a algo que captura su atención —lo que significa que aceptaremos tu ayuda para deshacernos de tu familia— sus ojos viajan por toda la página —Ah, pero qué interesante sería vivir en Marte...—

Se hace hacia adelante y, sin poder evitarlo, una sonrisa de triunfo se planta en sus labios. De seguridad, de arrogancia.

—¿Así que aceptan? —

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