Capítulo 20

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En la mañana del mismo día en que es la fiesta del aniversario de los padres de Yuna, lo primero que ve al despertar es a Jaehyun hurgando entre sus cosas, en su habitación, como si él no estuviera ahí o le importara muy poco. Lo cual podría ser el caso. El punto principal o más bien lo que su cerebro que apenas reacciona le permite inferir, es que desconoce los motivos por lo que su hermano está buscando en su... cajón de ropa interior. ¿Quizá tiene la idea de que esconde alguna foto del pene de Hyunjin?

Uh, sólo en sus sueños. Por ahora.

Parpadea varias veces sin hacer movimiento alguno, sólo observando la espalda de Jaehyun, del posible traje nuevo que cubre su cuerpo. Desgraciado infeliz. Luego gruñe, algo poco típico en la personalidad que tiene en la casa, por lo que no se sorprende cuando Jaehyun se gira hacia él con lentitud, sus ojos encontrándose con rapidez en los suyos. Y el Desgraciado Infeliz aún se permite sonreír. Y le arrancará esa sonrisa de un tajo junto con todas sus esperanzas y el jodido orgullo de pacotilla que tiene.

—¿Qué...?— carraspea para suavizar su voz y que pareciera temerosa —¿Qué haces...?—

Jaehyun, al parecer, es lo suficiente estúpido como para no sospechar en lo más mínimo entre el drástico cambio de su gruñido a su voz de, como diría Beomgyu cada que se emborracha, pasivo. (Pasivo y Jeongin en la misma frase, ja-ja-ja, se reiría él hasta que se pusiera rojo.)

—Sólo revisaba— Jaehyun le contesta sin moverse un centímetro más —Como habías desaparecido en estos días pensé que traerías algo interesante. —

Lo único interesante que tengo para ti, idiota, es mi puño en tu cara. ¿Qué te parece, eh?-piensa él.

—¿Interesante como qué? —

Le ignora como si no hubiese hablado, como si no fuese demasiado temprano para andar molestándolo o metiéndose con él. Bastardo.

—Además— continúa —el mensaje que recibiste ayer en la mesa capturó mi atención—Jeongin parpadea.

¿Y sabes qué capturó mi atención, Jaehyun? Tu estupidez- piensa de nuevo.

—¿A qué te refieres?— pregunta aun cuando sabe que es en vano, porque su adorable e inteligente hermano continuará con su vida como si nada pasara. Porque así es Jaehyun de insoportable —¿A qué...?—

Jaehyun se encoge de hombros.

—No lo sé. Dímelo tú. —

Jeongin piensa: no, no te diré nada, para que puedes pudrirte en el infierno. O ahorita mismo, para qué esperar tanto tiempo. Pero lo que Jeongin hace es: bajar la mirada. Como de esos omegas que se dejan controlar por quien desee controlarlos, incapaz de defenderse a sí mismo o de buscar alguna respuesta coherente o inteligente para que nadie más le haga daño.

Jaehyun parece pensarlo, sus padres también. El mundo entero lo ve como Jeongin El Pasivo, según Beomgyu (borracho). O inclusive El Omega, como si él representara la forma base de todos los que pertenecen a esa dinámica.

Que sean así las cosas hasta que todo termine, que por el momento es lo más conveniente; no hay que ser un genio para saber algo así. Sin embargo, tiene que encontrar el punto perfecto en donde parezca tanto manipulado como manipulador, no más uno que el otro.

Se lame los labios y se levanta despacio de la cama, observando que el celular sigue en la mesa de noche lo que indica que Jaehyun aún no ha llegado a esa parte de la habitación. Quizás apenas había empezado cuando él se levantó, y ahora que lo tiene en la mira le arruinó sus planes por completo, ups, lo hice otra vez.

—No hay... nada interesante, hermano— le contesta con seguridad aun cuando su voz tiembla —No sé a qué... —

Eso parece que a Jaehyun no le gustó, porque en su rostro se hace una mueca horrible, incluso cuando reconoce que su hermano es atractivo, que le distorsiona por completo el rostro.

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